En los últimos meses la imagen de un local histórico en Vigo se ha visto reforzada por el fenómeno político del momento: Podemos. El bar De Catro a Catro, en la calle Gerona, de incesante actividad cultural y política, ha dado cobijo a una plataforma en proceso de definición y gran proyección social.

El hecho de que Podemos Vigo celebre sus asambleas en este espacio resultó de la disposición de Breogán Cabezas, su gerente, a ofrecer el local a cualquier tipo de iniciativa en la ciudad y de la necesidad de los simpatizantes del nuevo partido político de encontrar un sitio estable donde poder reunirse.

"No es tan fácil hacer reuniones grandes. Si quieres hacerlo en la calle tienes que pedir un permiso, y no siempre están disponibles los lugares que escoges. Algo similar pasa con los locales de otras asociaciones. En muchas te cobran por usar sus salas, otras no tienen días libres y algunas dicen "no" al oír Podemos", explica Mayka Arias, una de las integrantes del reciente partido.

Hasta la asamblea general de la nueva opción política, que se celebrará el próximo otoño, no se decidirá la fórmula jurídica de los círculos, así que por ahora carecen de CIF, lo que les impide alquilar salas como organización. Si llegada la fecha votan constituirse como una entidad jurídica, ya dispondrán de un código de identificación fiscal que les permitirá adquirir un local de forma permanente donde establecer su sede. Hasta entonces, el De Catro a Catro es su cuartel general oficiosoDe Catro a Catro.

"Breogán nos cedió el local, siempre estuvo muy dispuesto, y nos sentimos muy a gusto", comenta Mayka Arias. "También es cierto que es este es uno de esos cafés-debate de los que ya no quedan", apunta Iria Sotelo, otra simpatizante de la plataforma que se organiza en círculos.

Para Cabezas, el que Podemos se reúna en su establecimiento no supone el menor inconveniente. "Aquí vén xente de Podemos e doutros partidos políticos. Levo toda a vida no asociacionismo e sei os problemas que hai para atopar espazos, polo que eu ábrolle o meu local a todos aqueles que teñan una proposta, aínda que sexa políticamente incorrecta", razona.

El propietario del famoso café detalla que en la actualidad se sientan en sus mesas periódicamente dos asociaciones ecologistas, cuatro partidos políticos y hasta los afectados por la hipoteca (PAH) o por las preferentes.

"Eu non teño que renderlle contas a ninguén", sentencia tajante Cabezas. Con respecto a si le molesta que identifiquen su negocio con Podemos, argumenta tranquilamente: "Nos 80 era o centro neurálxico da esquerda nacionalista galega, era un lugar de referencia, máis tarde foi un punto de confluencia de grandes escritores€ Todo aquel que teña un proxecto, ou inquedanzas, e sexa de esquerdas é benvido".

El aforo del local rozó su límite en la última asamblea del partido de Pablo Iglesias: casi 200 personas abarrotaron el De Catro a Catro. "Había muchísima gente, no esperábamos tanta", aclara Mayka, quien añade que se tuvo que extender la megafonía del local para que todos los asistentes pudiesen participar. En esa asamblea Podemos decidió posponer el debate sobre si presentar su candidatura a las próximas elecciones municipales de mayo y continuar trabajando por la participación activa en los barrios. Actualmente se dividen en cuatro círculos (Zona Centro, Teis, Calvario y Oeste, que engloba Coruxo, Navia, Travesas y Coia) y tres divisiones especializadas en educación, sanidad y cultura.

Pablo Iglesias no llegó a pisar el Catro en su única visita a Vigo durante la campaña electoral. La previsión de una multitudinaria asistencia descartó realizar el mitin en el histórico café de la calle Gerona, y finalmente se celebró en el Instituto Santa Irene.

Tanto Mayka como Iria confían en la proyección de futuro del nuevo actor político -Podemos obtuvo casi 14.000 votos en las europeas en Vigo- pero también son conscientes del gran esfuerzo que eso conlleva. "Tenemos que seguir trabajando para crecer más, pero nuestros medios son escasos, por ahora", explica Mayka. "Vigo es una ciudad compleja pero sí que notas que la gente se está adueñando del debate político, que hay inquietud en los ciudadanos y eso siempre enriquece", razona Iria.

El Catro acoge cada jueves a las 20h sesiones informativas públicas en las que Podemos presenta su organización a los interesados.

El Café Gijón olívico

El De Catro a Catro nació en 1981 de la mano de dos socios -Manolo Romero Labarta y Juan Manuel Rodríguez- que levantaron un templo de debate cultural y político en la ciudad. Una especie en peligro de extinción, que esta misma semana despedía a uno de sus compañeros, el Bar Hipólito. El Café Uf, el Máis Palá o el Carpe Diem son los únicos vestigios en Vigo de los bares en los que conversar era la principal actividad.

"Aquí organizamos 2 ou 3 actividades culturais por semana: charlas, debates, presentacións de libros, concertos, teatro€", explica Breogán Cabezas. Llegó al bar cuyo nombre homenajea al poemario vanguardista de Manuel Antonio hace 17 años y por mera casualidad. "Non coñecía o sitio pero estaba a buscar traballo e enteirámonos de que aquí necesitaban un camareiro", rememora.

La militancia cultural y política de Breogán hace que se ofrezca a acoger en su segundo hogar y de forma altruista cualquier iniciativa social o particular. "Calquera movemento innovador da cidade acaba pasando antes ou despois polo Catro", afirma orgulloso. Se muestra satisfecho al heredar, continuar y revitalizar el bagaje histórico del mítico café: desde los años de fuerte movimiento sindical a la posterior presencia de grandes personalidades de la cultura gallega, como Xosé Luís Méndez Ferrín, Pepe Cáccamo, Paco Sampedro, María Xosé Queizán, Anxo Angueira€ o al ebullir social y artístico actual.

"Antes chamábanlle o Café Gijón de Vigo", exclama sin tapujos Breogán, a quien no le importan las comparaciones ni las etiquetas, seguro de la identidad inequívoca de su establecimiento. Cabezas asume como un deber la dinamización cultural y social, acción que lleva en la sangre y que le autorrealizan. "Ao comezo da crise o Concello deixou de dar moitas subvencións polo que o Catro convertiuse nun punto de axuda a asociacións e artistas", expone. Su entrega es tal que no duda en ponerse a disposición de cualquiera que acuda a su bar, y al contrario de lo que se pueda pensar, apenas obtiene beneficios de esta actitud altruista. "Eu gaño o que saco vendendo cafés, ese é o meu traballo. Tampouco quero facerme rico, así que non cobro por concertos, nin exposicións, nin reunións", detalla. "Capeo a crise con moita sorte", redunda.

Breogán es consciente de la popularidad de De Catro a Catro, resultado del "boca a boca" ya que el local no realiza ningún tipo de publicidad. La mayoría de su clientela es fija, pero con los años también va ganando nuevos adeptos. "A xente que vén aquí acaba saíndo como amiga", destaca, a lo que añade ilusionado: "Imos xa pola terceira xeración, netos de asiduos ao De Catro a Catro".