La Concejalía de Tráfico prosigue en su empeño por allanar el camino a los motoristas en el casco urbano. En las próximas semanas los pilotos podrán presumir de tener el primer carril exclusivo para ellos. Será a modo de prueba y se colocará en uno de los principales viales de la ciudad: la calle Venezuela. El objetivo no es otro que reforzar su seguridad para que puedan adelantarse a los coches en los semáforos sin tener que zigzaguear entre ellos.

Los técnicos municipales tienen ya definida la fórmula y el enclave para testarlo. Lo harán, por su anchura, en el tramo de Venezuela más próximo a Gran Vía. Será desde el cruce con la calle Padre Don Rúa. Entre los dos carriles centrales se habilitará otro de 1,3 metros de ancho por el que solo podrán circular las motos. Además, en el semáforo se habilitará una zona adelantada para motocicletas como las que comienzan ya a proliferar en otros cruces de Vigo como en Plaza América, calle Brasil o Romil, entre otras. De esta forma, cuando el semáforo esté en rojo, los motoristas no necesitarán poner en riesgo su integridad haciéndose un hueco entre el resto de vehículos o invadiendo el carril contrario por la izquierda. En este caso, el de bus y taxi que existe en Venezuela. A la altura de la calle Padre Don Rúa podrán meterse por su propio carril y llegar hasta el semáforo sin ningún tipo de obstáculo.

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Con esta senda los motoristas podrán avanzar aproximadamente 75 metros sin otro riesgo que el de que el conductor de un coche pueda invadirlo. Pero su seguridad aumenta al quedar perfectamente delimitado por dos líneas continuas, además de señalización horizontal y vertical que se instalará. Si la experiencia es positiva, la Concejalía de Tráfico la extenderá a otros viales. Si bien es cierto, los técnicos precisan que solo se podrá aplicar en aquellas calles que sean suficientemente anchas como para que pueda habilitarse este carril de 1,3 metros de ancho sin restar seguridad o demasiado espacio al resto. Es el caso, por ejemplo, de la calle Brasil en el cruce con Gran Vía. Pese a que en ese semáforo se pintó un paso adelantado para motos, la estrechez de la calle -tiene dos carriles de circulación y otro de estacionamiento- impide habilitar otro para motos, ya que obligaría a sacrificar uno.

Esta media se suma a otras que el Concello ha ido aplicando, como la autorización para que las motos circulen por los carriles bus; el aumento de las plazas de aparcamiento o la creación de pasos de peatones antideslizantes.