Lleva más de 20 años residiendo en Barcelona y ha trabajado con científicos de más de una decena de universidades y hospitales en la traducción y edición de artículos en inglés de los ámbitos de la economía, el periodismo o la medicina. Además desarrolla actividades formativas dirigidas a científicos y ha diseñado un curso específico de posgrado para la Autónoma de Barcelona que estrenará en 2014/15. Esta semana estará en el campus vigués para impartir talleres sobre el mundo de las publicaciones y cómo mejorar el inglés escrito dirigidos a investigadores de las áreas de Ingeniería, Biotecnología y Ciencias del Mar.

-Si hoy el inglés resulta clave en cualquier profesión, la investigación que no se publica en inglés es como si no existiese para el resto del mundo.

-Absolutamente. Los científicos han de publicar para obtener fondos con los que seguir investigando. En inglés se dice Publish or Perish, que significa "publica o muere". La presión aumenta con la crisis porque en España, con los recortes, es más difícil conseguir dinero. Y en las convocatorias europeas la competencia es feroz. El contenido no se puede separar de la forma. La mala ciencia escrita en un inglés muy bueno nunca será aceptada, pero la buena ciencia escrita en mal inglés, aunque no sea rechazada, dejará al revisor sin saber si el contenido es el adecuado y exigirá correcciones.

-Ser incapaz de explicar bien tus resultados es un hándicap importante para cualquier investigador.

-En España hay un grupo de académicos que estudiaron inglés hasta BUP o COU y que tienen conocimientos de gramática, pero no son capaces de expresarse bien. Uno de mis clientes vigueses, con el que llevo trabajando más de 10 años, me pidió ayuda para una presentación. Sabía escribir muy bien en inglés y aunque su nivel oral no era malo le faltaba confianza. Recurrió a mi compañera Cathy Meany, que vive en Vigo desde hace 20 años, y fue todo un éxito. Acudir a clases semanales de inglés no es suficiente. Los investigadores necesitan una formación específica para escribir sus artículos o pronunciar conferencias.

-¿Cómo detectó esta necesidad?

-Comencé como profesora de inglés, después cursé un máster de Traducción y, al principio, me dediqué a editar textos académicos. Pero me di cuenta de que traducir un texto que te envían y devolverlo no era suficiente. Es necesario sentarse con los científicos y ayudarles a aclarar sus ideas y responder a las preguntas básicas que el lector espera resolver. Y no es imprescindible que seas un experto en su campo para darte cuenta de que es necesario clarificar una interpretación o detectar incoherencias. Como traductora acabas desarrollando un sexto sentido para detectar pequeños errores. Escribir qué métodos has utilizado y los resultados obtenidos es sencillo, como si se tratase de una historia, pero las partes más complejas de un artículo son la introducción y la discusión, donde tienes que ser un poco más crítico con tu trabajo y tratar de convencer a tus pares.

-A Einstein se le atribuye la frase de que si no eres capaz de explicarle algo a tu abuela es que no lo has entendido.

-Uno de mis artículos favoritos escrito por un psicólogo dice lo mismo. Un científico debe escribir siempre para que lo entienda cualquier persona razonablemente inteligente aunque no sea de su campo. Otra teoría es que cuando tú escribes un artículo debes dárselo a un compañero para que lo lea, pero a veces también vale mucho la opinión de personas nativas que no son expertas, como es mi caso, pero que sí son capaces de leer y entender hacia dónde va el argumento. Recientemente estuve dando clase a médicos del hospital de Mataró que pertenecían a distintas especialidades y me di cuenta de que todos compartían los mismos problemas, por ejemplo, cómo escribir una frase clara.

-¿Cuáles son las premisas básicas?

-En ciencia escribes para los demás, debes poner el enfoque en el lector y cumplir con sus expectativas. La estructura ubicua desde los años 50 es la de introducción, método, resultados y discusión. Su existencia ayuda mucho a los profesionales que tienen que leer artículos de forma continua y pueden saber dónde buscar lo que les interesa. Y otra expectativa tiene que ver con la presentación, de forma que el objeto y el verbo deben estar en el lugar esperado o cada párrafo debe contener una idea. Tendrás éxito si las cumples todas porque los lectores no solo pertenecen al mundo anglosajón, sino que también son chinos, rusos o latinoamericanos y, por tanto, debes utilizar un inglés sencillo. Utilizar palabras que significan lo mismo por introducir variedad puede llevar a la confusión.

-A veces, los investigadores identifican sencillez con pérdida de rigor o prestigio.

-Sería muy ciego pensar que los únicos que se interesan por tu trabajo son los colegas. Es delimitar tu audiencia. De hecho, en Vigo también explicaré cómo escribir las reseñas y los títulos de los artículos para que aparezcan en las búsquedas de Google. El investigador ha de pensar que su audiencia es el mundo. Hace poco trabajé con un autor y no era capaz de entender un fragmento de su texto, pero él no quería explicármelo e insistía en que se entendía. Llevo más de 20 años en España y cuando no lo entiendo es por algo.

-¿Ha mejorado el nivel de inglés de los españoles?

-Sí, sin duda. Es más alto. Cuando llegué en el 87 estaban sedientos de inglés. Pero creo que la gente no solo debería aprender a escribir bien en inglés, sino también en español. Es una impresión personal. Y respecto a los científicos, lo que me gusta de trabajar con ellos es que están altamente motivados. Es un placer enseñarles.