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El veto a que la profesora Henríquez sea nombrada emérita divide a la Universidad

» El principal grupo opositor censura los "criterios personales y políticos" de la institución » Es la única catedrática de su departamento y supera a todos en méritos investigadores

Henríquez pronunció la lección inaugural del curso 2011/12 en presencia de Feijóo y los rectores gallegos. // Ricardo Grobas

El veto emitido por el Consello de Goberno al nombramiento de la catedrática María do Carmo Henríquez como profesora emérita ha dividido a la institución académica. A las críticas lanzadas desde la Asamblea en Defensa da Universidade de Vigo se une ahora el principal grupo opositor al equipo rectoral, Nova Universidade, que hace constar los méritos académicos de la afectada, uno de los miembros "con mayor actividad investigadora" de toda la plantilla, y atribuyen la negativa a "criterios personales y políticos" ya que la docente pertenece a la oposición y es una de las firmantes de una demanda contra el proceso electoral que renovó a Mato en su cargo hace unos meses.

La condición de profesor emérito permite seguir dedicándose tras la jubilación a la investigación y la docencia en tercer ciclo a los docentes que cumplen ciertos requisitos. Los fundamentales son acumular un mínimo de diez años de servicio en la Universidad y contar, al menos, con 4 sexenios, un mérito que concede el Ministerio de Educación tras la pertinente evaluación de la agencia nacional.

Henríquez lleva más de 30 años dedicada a la docencia, 20 de ellos en la institución viguesa, donde es la única catedrática del departamento de Lengua Española y acumula 5 sexenios. Sin embargo, el Consello de Goberno votó en contra de su nombramiento tras conocer un informe desfavorable aunque con carácter no vinculante, según establece la propia normativa de la Universidad, de su departamento.

Desde Nova Universidad tildan de "sorprendentes" y "parciales" los argumentos esgrimidos en dicho documento, entre ellos, no haber sido nombrada honoris causa por ninguna universidad ni propuesta por la Real Academia Española. "Sólo faltaba añadir que tampoco tenía el Premio Nobel de Literatura", ironizan.

Se da la circunstancia de que en la misma sesión del Consello de Goberno, celebrada el pasado viernes, se concedió la categoría de emérito a otro catedrático de la rama tecnológica, que ostentó el cargo de vicerrector en su día, y que tampoco es honoris causa.

Otro de los argumentos para oponerse a su nombramiento son el carácter "individualista" de la investigación que realiza y que solo haya dirigido 4 tesis doctorales. "Curiosamente, esta cifra constituye el 40% de las dirigidas por el conjunto de los miembros del departamento", señala Nova.

La oposición denuncia que el informe omite "descaradamente" que Henríquez cuenta con 5 sexenios y subraya que el promedio de los 13 miembros de plantilla de su departamento, excluyendo a la afectada, es de 0,61. "La media de todo el ámbito de humanidades es de 1,03 y la de toda la plantilla de la Universidad, integrada por algo más de mil profesores, es de 1,22 sexenios", comparan.

Nova tilda asimismo de "vergonzoso" que a una pregunta formulada durante la sesión del Consello sobre este tema se respondiese que "es más fácil que una persona de 70 años tenga muchos sexenios". "Como si todos los profesores del departamento y de la Universidad completa fueran veinteañeros con grandes perspectivas y un gran un futuro investigador", señalan.

Para hacer valer su "excelencia", el grupo opositor también recuerda que la afectada pertenece al 12% de profesores de la Universidad, la mayoría adscritos a los ámbitos científico y tecnológico, que han visto reducida su dedicación docente a 160 horas en virtud del decreto Wert al haber acreditado una intensa actividad investigadora. Ninguno de sus compañeros de departamento ha podido beneficiarse de esta rebaja.

Henríquez, que ha publicado 20 libros y más de 150 artículos, añade a sus méritos académicos que siempre ha sido valorada "positivamente" por sus alumnos. "No queda lugar más que a pensar que la razón responde a cuestiones de índole personal y política. No resulta difícil concluir que puede considerarse persona molesta y probablemente non grata para algunos miembros de su departamento y del equipo de gobierno actual", denuncian desde Nova. La negativa, concluyen, "hace flaco favor a los principios de objetividad e imparcialidad que deberían presidir todas las acciones universitarias".

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