Una de las ventajas que tiene ser profesor es que se puede tener el mismo horario de un niño pequeño, lo cual es una ventaja si se tiene hasta cinco pequeños. Eso es lo que sucede en la familia Braña Beloso, en la que Imma (36 años) es Doctora en Química y, junto a su marido Pablo (39), formó una familia en la que nacieron cinco pequeños. "Ella los lleva y los trae, lo cual es muy útil, ya que además de eso si un día no tienen cole no pasa nada, porque ella tampoco", explica Pablo, responsable de grandes cuentas en una empresa electrónica de consumo.

Gracias a sus hijos, Javier (8), Blanca (7), Carolina (6), Victoria (3) y Carmen (2), Pablo asegura entre risas que tanto él como su mujer no se aburren. "En general lo que tienes que hacer es organizarte. Son niños , necesitan moverse y quemar energía", indica.

Sin embargo, hacer planes es complicado teniendo cinco pequeños a los que encontrarles un sitio y tener entretenidos. "Nos lo pasamos muy bien en familia y nos quedamos poco en casa, pero hacer planes es imposible", recalca Pablo.

Sobre sus hijos dicen que son "muy independientes", pero también que necesitan ayuda, y ahí las madres de ambos ayudan mucho. No obstante, los pequeños también quieren aportar su granito. "La realidad es que los niños al llegar a los dos años quieren ser mayores. A veces pierdes más tiempo esperando a que se vistan solos, pero a la larga es mejor y los mayores los ayudan", explica Braña.

Al padre de familia le encantan los deportes, y esa pasión parece habérsela pasado a sus hijos, que ahora empiezan a jugar a fútbol, a hacer gimnasia rítmica... "Me parece atractivo y divertido y no es una carga para nada. Lo veo como una oportunidad de disfrutar de otras cosas que antes no conocías", concreta.

Sobre que se hagan mayores ya tiene más dudas. "Creo que va a ser peor cuando crezcan. Ahora toca ir detrás de ellos, pero no generan preocupaciones. Cuando empiecen a ser mayores dan más trabajo de otro tipo", explica.