Eduardo Madina (Bilbao, 1976) aspira a liderar un partido renovado con dirigentes dispuestos a pasar "el 90% de su tiempo fuera de Ferraz" para poder "trenzar alianzas sociales" y elaborar un programa pactado con la ciudadanía. El reto es afrontar los "cambios de profundidad" que necesita el país y superar la "pesadilla ideológica" del PP. "No se puede ir a las próximas elecciones con pequeñas derogaciones cuando hay gente que vive situaciones dramáticas. Hay que reconectar con la sociedad", abogó el candidato a la secretaría general del PSOE ante los militantes y simpatizantes que ayer cubrieron el aforo del auditorio del antiguo Rectorado de Areal.

Madina llegó puntual a Vigo procedente de Pontevedra y acompañado por la diputada ourensana en el Congreso e integrante de su equipo Laura Seara. Ambos fueron recibidos por el regidor Abel Caballero, la teniente de alcalde y parlamentaria Carmela Silva, el diputado autonómico Abel Losada y varios concejales socialistas.

El aspirante a suceder a Rubalcaba recordó ante los periodistas sus desplazamientos a la ciudad para jugar al voleibol -"Casi siempre perdíamos", dijo- y aseguró vivir "con ilusión" un proceso histórico que está haciendo "vibrar" al partido y del que "renacerá con fortaleza".

Ya ante su auditorio, Madina se refirió a los casi 200.000 militantes como la "principal fortaleza" del partido y enumeró algunos de los cambios internos que promoverá si resulta elegido el 13 de julio para superar la "vieja forma de hacer política ante un mundo nuevo". El diputado vasco defiende la integración del consejo territorial en la dirección general del partido y combinar el talento de las diferentes generaciones. Su propuesta de limitar los mandatos generó muchos aplausos entre los asistentes, así como la de un comité federal con presidencia rotatoria.

Madina plantea cambiar el orden de los congresos para que comiencen en las agrupaciones locales en coherencia con un modelo de participación "de abajo a arriba". Con este "rearme" interno, aspira a recuperar las cuotas de apoyo social conseguidas por Zapatero en 2008 y acometer cambios de calado para recuperar los "estándares europeos".

"La competitividad productiva y los derechos de los trabajadores son un discurso nuestro, no de la derecha", reivindicó el candidato, que propone fijar unos mínimos del PIB para la sanidad y la educación con el fin de evitar "salvajadas". "Hay que decidir si las becas son más importantes que la financiación de la Iglesia", apuntó.

Madina defiende una sociedad "más plural" y "apuntalar la convivencia" durante los próximos 30-40 años con una reforma federal de la Constitución. El modelo debe estar basado en la "igualdad y la solidaridad" y, en este sentido, insistió en pedir una revisión al alza del cupo vasco: "Debe aportar mas en función de su riqueza".