La lacra de la violencia machista se enquista y gangrena en la ciudad. Durante la primera mitad del año, la Policía Local recibió 42 nuevas órdenes de alejamiento por malos tratos que se suman a las ya controladas y eleva el total a 178. De ese total, en junio permanecen en activo 144. Las cifras son similares a las de años pasados: en 2013, los agentes de Praza do Rei controlaron de enero a junio 171 sentencias; en el mismo lapso de 2012 fueron 176 y en 2011 ascendieron a 200. Desde 2006 la comisaría municipal recibió 940 nuevas órdenes. En el balance policial destaca en tinta roja 2007, el peor año al sumarse 171 casos. A esas cifras hay que sumarles además las de la Policía Nacional.

Durante los seis primeros meses de 2014 se cancelaron 36 órdenes de alejamiento: 23 por vencer la medida cautelar y las 13 restantes por resolución judicial. Según el balance de la Policía Local, en solo siete casos se apreció un nivel de riesgo "extremo" o "alto" en la orden de alejamiento; en la inmensa mayoría de las sentencias era "bajo" o apenas apreciable. El número de víctimas que se benefician de atención de la policía municipal supera el millar; 149 permanecen de forma activa en el programa de seguimiento.

Realidad "preocupante"

La lacra de la violencia machista en Vigo la conoce bien Rosa Fontaíña, responsable de la Rede de mulleres veciñais contra os Malos Tratos. "Últimamente llegan de forma continua mujeres jóvenes y otras que llevan años soportando maltrato psicológico", alerta Fontaíña, convencida de que la incidencia de los malos tratos está lejos de reducirse. "Al contrario, hay muchos más casos", zanja la responsable de la Rede, quien explica la evolución de las órdenes de alejamiento por la negativa de los juzgados a otorgarlas, en ocasiones. "¿Por qué? Cuando una mujer recibe una tiene derecho a una serie de aportaciones" -explica Fontaíña- "Se trata de una cuestión política". Quien dirige la plataforma de apoyo a las maltratadas sí resalta no obstante la labor y apoyo por parte de la policía.

Fontaíña lamenta también la "falta de sensibilidad" que muestran algunos ámbitos hacia la violencia machista. Según explica desde el colectivo vecinal, esa carencia se traduce en que "hay muchas mujeres que no denuncian; antes llegan a acuerdos con sus maltratadores por miedo a qué pasará con sus hijos, por ejemplo".