Las órdenes de alejamiento controladas por la Policía Local aportan un perfil aproximado de víctimas y agresores. Un vistazo a sus tablas refleja que más de la mitad de las mujeres que denunciaron malos tratos -en concreto el 53%- no cumplieron aún los 40 años y en un mayoritario 81% de los casos son de nacionalidad española. Un rostro similar muestran los agresores, nacidos el 86% en España y -en el 46% de las sentencias- con edades comprendidas entre los 20 y 40 años. Llamativo resulta también que en el 35% de los alejamientos el agresor es la expareja de la víctima -no mantenían relación afectiva en el momento de dictarse la orden-; en otro 25,7% ambas parten forman matrimonio y en casi un 30% se consideran pareja.

Las cifras que maneja la comisaría de Praza do Rei dejan clara también una realidad preocupante: la elevada incidencia de la violencia machista entre los jóvenes. Pese a las campañas de concienciación y actividades de formación en colegios e institutos, el 24% de las víctimas tenían entre 20 y 29 años. En esa franja de edad se ubica también el 10% de los maltratadores. "A la Rede de Mulleres vienen jóvenes, con cerca de veinte años, que en muchos casos sufren maltrato psicológico ya desde el instituto", revela Rosa Fontaíña, presidenta del colectivo vecinal de atención a las mujeres que padecen violencia machista. En buen número de casos las denunciantes tienen hijos con sus agresores.

Ya hace un año la responsable de la Rede alertaba de que "la juventud no está concienciada por la igualdad y muchas veces confunde el amor con la represión". Fontaíña subrayaba además el riesgo que pueden representar las nuevas tecnologías -los smartphones o Internet- y aplicaciones móviles de mensajería, como Line o WhatsApp; o las redes sociales (Facebook o Tuiter), en manos de parejas controladoras. "Es difícil para las mujeres tomar conciencia de que son víctimas; comienzan aislándose y no se dan cuenta", concluye Fontaíña: "Suelen pedir ayuda las madres".