"Llevamos muchos años aquí y no me parece bien que ahora se vaya a vender o alquilar esta sede, pero si no queda más remedio...". La frase la pronunciaba ayer, mientras leía FARO Ángel Alejandro Reboreda. Él es uno de los aproximadamente 1.900 socios que tiene el Círculo Mercantil e Industrial de Vigo y que, al igual que la mayoría que pasaba la mañana en el edificio de la calle Príncipe, rechaza la idea de la actual directiva de buscar un vendedor o inquilino para su sede central y así poder afrontar las deudas acumuladas y la hipoteca contraída por las instalaciones de la ciudad deportiva.

Con más de 70 años, Ángel Alejandro Reboreda afirmaba que lleva "toda la vida" asistiendo al Mercantil para estar con sus conocidos y amigos mientras lee el periódico, como ayer hacía con Antonio Barros."Esto es consecuencia directa de la crisis", explicaba Barros, un jubilado que asegura que la clave estaría en que la juventud se interesase por el Mercantil. "Es la que gasta y de esa forma haría que aumentaran los ingresos, pero en esta época los jóvenes piensan en otras cosas", concretó.

El rechazo se hacía patente también en aquellos que se enteraban de la noticia por primera vez, como es el caso de Francisco Pérez. Tras 45 años como socio, se mostraba sorprendido y contrariado por la noticia. "Deberían haber hecho un sondeo, consultado o al menos avisado a los socios. No sé qué puede haber detrás de esta noticia", comentaba, a la vez que recordaba que si finalmente venden o alquilan la sede para cambiarla a otro lugar, se daría de baja.

Una idea que también comparten muchos otros socios, que no quieren desprenderse de un edificio que queda en el centro de la ciudad y al que acuden con asiduidad.

"Si cambian la sede, me doy de baja. Es como lo que pasó con el Casino, que cuando cambió de lugar la gente dejó de ir", apuntaba otro veterano socio, Gil Touza. A su lado, Rosa Sarabia tenía la plena seguridad de uno de los principales motivos por los que la directiva tiene que tomar la decisión: "Desde que dejaron entrar a personas que no son socios para tomar un café o lo que sea, muchos se dieron de baja y siguieron viniendo de igual forma a leer el periódico. Fue un error".

Touza, al igual que Francisco Pérez, creen que las instalaciones deportivas también han hecho mucha mella en la economía del Círculo Mercantil. "Lo que tendrían que haber hecho es no gastarse tantos millones como se gastaron en las instalaciones que ahora casi ni se usan", indicaban.

En una de las mesas cercanas a las ventanas, José Luis Díaz, Abel Alonso, Fernando Rey y Taymour se disponían a jugar una partida de bridge (juego de cartas), como tantas otras veces, pero el tema sobre la mesa no era habitual. "Eso es un tema tabú", decía Díaz, mientras Alonso apuntaba aquello de que "como es casa de todos, es casa de nadie". Taymour, de origen egipcio, era el único que estaba convencido de que la transacción no se llevaría cabo. "Soy positivo y creo que se va a solucionar", explicaba.

Número de afiliados

Todos los socios coinciden: el bajo número de afiliados es una de las principales causas, si no la principal, del saneamiento de las cuentas del Círculo Mercantil.

Así lo entiende, por ejemplo, Gil Touza. "El problema es que no hay socios. La juventud no quiere saber nada del tema y cada vez somos menos", apuntaba. Una idea que mantiene, de forma similar, Antonio Barros. "Llegamos a ser casi 11.000. Ahora nos vamos muriendo y no hay gente joven que tome el relevo", explicó.

Por contra, otro de los socios, que prefirió no dar su nombre, cree que la venta es la única solución posible. "Que lo hagan de una vez y que así podamos pagar todas las deudas", comentaba de forma tajante.