Los ingenieros de telecomunicaciones Débora Franco, David Rey y José Antonio Gay, abandonaron su trabajo como investigadores en la Escuela de Telecomunicaciones para embarcarse en Monet. Se trata de una empresa que ofrece a los viñedos un sistema de monitorización que permite controlar la evolución de la cosecha a tiempo real y consultar las condiciones meteorológicas pasadas y futuras para decidir los mejores momentos para realizar determinadas actividades.

La empresa tiene tan solo tres meses de vida y, a pesar de ello, ha logrado convertirse en la segunda finalista del premio Emprendedor XXI. "Dudamos incluso si presentarnos en esta convocatoria, porque ni siquiera tenemos cuentas para poder presentar, pero al final fuimos seleccionados y solo estar entre los cinco primeros ya lo consideramos todo un logro", asegura Débora.

La start up fue seleccionada por el programa Incuvi Emprende de la Universidade de Vigo y, después, recibieron también el apoyo de la aceleradora de empresas Vía Vigo de Zona Franca. "Para nosotros ese asesoramiento que aún recibimos ha sido esencial para poner el producto en el mercado, porque nosotros somos investigadores y la parte empresarial nos era un mundo muy ajeno", explican. Además, les ha permitido acceder a financiación de la sociedad de capital de riesgo Vigo Activo, mediante un préstamo participativo, "crucial para poner en marcha la empresa", destacan.

Su sistema consiste en instalar una serie de sensores en los viñedos que recogen datos cada quince minutos y permiten a los responsables controlar desde cualquier dispositivo la evolución de la cosecha. "Pero lo más importante es la interpretación que les ofrecemos de esos datos, ya que contamos con una ingeniera agrónoma que comparando los datos y con una serie de algoritmos puede aconsejar a los viticultores sobre el mejor momento para aplicar un producto o para podar", describe Débora.

Por el momento la empresa ya tiene a la bodega Viña Costeira como cliente y un proyecto piloto con la bodega Eidosela. "Nuestro destino inmediato es España y Oporto, pero después pretendemos acceder a Francia e Italia", concluyen.

Dos empresas viguesas de reciente formación, Bialactis y Monet, han resultado primera y segunda finalistas en los premios Emprendedor XXI, que organiza La Caixa en colaboración con el Igape y la Empresa Nacional de Innovación, dependiente del Ministerio de Industria. Ambas empresas defendieron sus ideas el pasado jueves ante un experto jurado formado por empresarios e inversores. Y les convencieron. Una empresa tecnológica de la Universidad de A Coruña, Torus, fue la ganadora de esta edición y recibirá 5.000 euros y un curso en la Universidad de Cambridge. Por su parte, las dos finalistas tendrán preferencia a la hora de acceder a una financiación. "Lo primordial para nosotros ahora mismo es darnos a conocer, por eso la repercusión que nos da haber sido finalistas de este premio es muy importante", asegura la ingeniera de telecomunicaciones Débora Franco, una de las responsables de Monet, empresa que se dedica a la monitorización de viñedos para medir la calidad de la cosecha y que comenzó su andadura hace tan solo tres meses.

Por su parte Bialactis, fundada por las hermanas Esther y Paula Dagá, se dedica a la creación y comercialización de productos probióticos y al análisis nuticional, microbiológico e inmunológico de la leche materna.