"Si fuera habitual verlas asomando por los muelles no quedarían centollas en la isla. No suelen hacerlo porque saben que acabarían rápidamente capturadas". El buzo Paulino Cameselle lleva muchísimos años sumergiéndose en el archipiélago vigués y nunca presenció una concentración de centollas a tan poca profundidad y, sobre todo, en una época no reproductiva y en una zona con tanta afluencia de barcos y personas como el embarcadero de Rodas. Por eso también le sorprende la imagen tomada por un guarda del Parque Nacional en la que se aprecia parte de la dimensión de un multitudinario grupo de ejemplares del preciado crustáceo, apretujados, montados unos sobre otros que "residía" bajo el pantalán, y a tan poca profundidad que casi asomaban a la superficie.

Como la mayoría de los buceadores, tanto si se sumergen con botella como a pulmón, Cameselle se ha encontrado en numerosas inmersiones organizadas por su empresa, CieSub, concentraciones similares a las fotografiadas en Rodas, incluso de mayor extensión. "Pero a dos metros de profundidad como mínimo y hasta 18, por ejemplo", detalla. Y donde se hallaban las centollas de la imagen apenas había un metro de cota, de ahí que algunos turistas "enloquecieran" grabándolas con sus móviles.

Desde el Parque Nacional desconocen si la colonia llevaba mucho tiempo asentada en el embarcadero de la emblemática playa. La fotografía se tomó la semana pasada, cuando la bajamar coincidió con un aumento extraordinario en la claridad de las aguas, aunque esta zona, gracias a su fondo arenoso, si por algo destaca es por la visibilidad del fondo. Por esta razón lo más probable es que se tratase de una concentración puntual e improvisada, y que no durase más de unos días posicionada sobre el muelle. "Algunos de los visitantes se creerían que se quedarían allí paradas. Ojalá, sería otro atractivo magnífico para la isla", resalta José Antonio Fernández Bouzas, director del Parque Nacional.

Esto sí que sería un acontecimiento inédito. Y es que el embarcadero de Rodas no sería el ámbito más apacible para que las centollas fijasen su "residencia", dado el trasiego de barcos y gente que pasa por el malecón durante todo el año, y en especial, en verano. Ni siquiera en otro punto de la costa del archipiélago más alejado del público permanecería mucho tiempo una grupo tan numeroso.

4.000 euros en marisco

Enumerando los ejemplares que salen en la foto del embarcadero, suman más de una treintena. A estos habría que añadir los que están debajo y también a ambos extremos de la imagen. Según las estimaciones de los guardas, entre todos podría superar el medio centenar de centollas. Tomando como referencia esta cifra permite concluir su cotización, muy elevada por tratarse de una de las especies de marisco de las Rías Baixas más preciadas en España, y máxime durante estas semanas, cuando está a punto de iniciarse la veda de su pesca, prevista para el próximo mes. Empresas especializadas en su venta por internet -como Marisco Islas Cíes o Mariscos Rías Baixas- vendían ayer la pieza a unos 41 euros el kilo (IVA incluido). Y si quienes las observaron en Rodas aseguran que cada una pesaba de media unos dos kilos, el valor de la colonia superaría los 4.100 euros. Un tentador tesoro a pie de muelle.