Transmite energía a través del teléfono. Una fuerza que hoy llegará a los asistentes a las conferencias que impartirá en el Seminario Mayor, por la mañana, y en el Centro Social Novacaixagalicia, por la tarde. Es el arzobispo de Tarragona, Jaume Pujol Balcells, quien defiende la difusión de la alegría del Evangelio como una de las claves para llegar a los más jóvenes que, reconoce, están cada día más alejados de la Iglesia.

-¿Es posible conseguir que la juventud se implique?

-Debemos tratar de llegar a los jóvenes con las palabras del Papa Francisco I. Tiene un gancho tremendo porque habla con un lenguaje claro, que entienden perfectamente. Muchos jóvenes creen que no tienen un futuro fácil y por eso, más que nunca, el Evangelio puede ayudarles. El joven necesita esperanza y la esperanza va unida a la alegría, a la alegría del Evangelio.

-¿Cómo se les puede hacer llegar ese mensaje?

-Lo primero es pedirles que lean el Evangelio tranquilamente, en paz, solo cinco minutos al día. La ignorancia es el peor enemigo que tiene Dios. El segundo paso es rezar, que consiste solamente en hablar con Dios. En tercer lugar, ir a la Iglesia lo que nos exige no predicar en grandes espacios, sino ir uno a uno, hablando con ellos y transmitiendo la idea de que Dios te ama y te perdona. Todo esto, unido a dos elementos clave, como son participar en la eucaristía y confesarse.

-¿Es este también el camino para aumentar un número de vocaciones, en claro descenso?

-Exactamente. Es también difícil porque falta el compromiso pero no solo con las vocaciones, sino también en otros ámbitos como en la familia, que está en crisis. La gente no se casa y la familia es clave en la educación cristiana. Los padres son los primeros responsables de dar esta educación a sus hijos.

-¿Se están perdiendo valores?

-Más que de valores, yo hablo de virtudes. De virtudes humanas, no solo cristianas, como la prudencia, la justicia, la fortaleza o la templanza. Ahora se le da muchísima importancia al dinero, al poder, al físico... y que hay que tenerlo en cuenta en cierta medida, pero creo que se ha perdido el sentido de la proporción.

-Unas virtudes que abordará en la charla sobre la figura de Álvaro del Portillo.

-Es un hombre de referencia para nuestro tiempo, alegre, con una formación impresionante y una humildad tremenda, que ha dejado un enorme legado y por lo que va a ser beatificado en septiembre.

-¿Por qué es necesario seguir con beatificaciones y canonizaciones, como las de Juan Pablo II o Juan XXIII?

-Hoy necesitamos modelos de personas buenas y de paz, como fue Juan XXIII, o gigantes de la predicación y evangelización, como Juan Pablo II.