"Los del Baltic no hicieron nada por salvarnos". Los reproches al carguero destacaron en la declaración ayer en el juzgado de Instrucción Número 7 de Vigo de los cinco tripulantes del Mar de Marín que sobrevivieron al hundimiento tras la colisión con el Baltic Breeze, el 1 de abril en la boca sur de la Ría de Vigo, en la que fallecieron otros cinco marineros, uno de ellos aún desaparecido. En calidad de testigos, se reafirmaron ante la juez en los testimonios previos ofrecidos a la Guardia Civil y a la Comisión Nacional de Accidentes Marítimos, aunque aportaron detalles hasta ahora desconocidos, como los referentes a su desesperada petición de auxilio en los cinco minutos escasos transcurridos desde el impacto hasta que el pesquero se fue a pique. "Gritamos ¡parar, parar! a los que nos enfocaban con linternas desde la proa del Baltic, pero no hicieron nada por salvarnos", afirmaron.

Por el contenido de su declaración ante la magistrada se deduce que tanto el patrón Francisco Javier Pazos; como los marineros Gonzalo Santiago, Gumersindo Márquez, Juan Ramón Santiago; y el biólogo del IEO, Nicolás Mira, creen que los oficiales del mercante no habrían hecho todo lo posible por evitar un hundimiento tan fulminante, al que achacan la muerte de sus compañeros. "Nos llevaba arrastrados por el bulbo. Si nos hubiesen ayudado, si parasen, probablemente todos nos salvaríamos", manifestaron.

Representados por el abogado Alberto Penelas, del bufete especializado en derecho marítimo Amya & Asociados, y ante la presencia de la letrada del mercante, los náufragos negaron que el Baltic les facilitase medios de salvamento. Las "únicas" balsas salvavidas que vieron, agregaron, fueron las de su propio barco, desplegadas poco antes de sumergirse. "No nos lanzamos al mar; fuimos succionados al hundirse el barco. Llegamos a unos 20 metros de profundidad. Por suerte logramos llegar a superficie, darle la vuelta a la balsa, que estaba volcada, y salvarnos", rememoraba a la salida del juzgado Juan Ramón Santiago.

En este mismo juzgado, el capitán del Baltic había declarado que emitieron señales sonoras tras comprobar "por radar y visualmente" la cercanía del pesquero, que según las conversaciones mantenidas entre éste y la torre de control de tráfico marítimo reveladas por FARO, llevaba un "rumbo peligroso" que lo dirigía contra el mercante. Los supervivientes reiteraron ayer que no oyeron ninguna sirena. Como los otros cuatro náufragos, el primer patrón del Mar de Marín, Francisco Javier Pazos, descansaba en el momento del impacto, pero declaró, contundente, que si llegase a escuchar un bocinazo, se hubiera enterado.

La juez no admitió respuestas sobre qué fue lo que pudo confundir al pesquero para adoptar esa trayectoria peligrosa. Algunos tripulantes como José Ramón Santiago expusieron su teoría al salir del juzgado, culpando a un potente foco encendido en el costado del Baltic.