El armador del Mar de Marín, Francisco Freire Lino, acompañó ayer en el juzgado a los supervivientes, y mientras esperaba por ellos, explicó que los cinco "sufren un shock tremendo por las pérdidas que han tenido", y que algunos "duermen mal todavía" y varios reciben tratamiento psicológico. A ello esto se suma el hecho de que el tripulante que más tiempo llevaba embarcado en el pesquero, el marinense Manuel Domínguez, sigue desaparecido. "Es importante que aparezca pronto; sería una pena menos para estos hombres", apuntó tras reiterar su extrañeza por la tardanza. "Los supervivientes aseguran que lo vieron en el agua", añadió. Reticente a abundar sobre las causas del siniestro subrayó, una vez más, que si el patrón hizo alguna maniobra "rara o extraña, tiene que haber una explicación. Y esto es lo que no se sabe" , zanjó. En principio descarta que el accidente se debiese a la falta de medidas de seguridad en la ría, "y menos en la de Vigo, donde las cosas están muy señalizadas".