La misión del HumSat-D alcanza su objetivo tras cinco meses en órbita. El segundo cubesat vigués ha demostrado la operatividad de la red internacional que se coordinará desde Vigo y el proyecto entra en una segunda fase para que los países socios vayan tejiendo con sus propios nanosatélites esta constelación respaldada por la ONU y la ESA.

"Hemos podido determinar su viabilidad al 100%. Afortunadamente todo funciona correctamente y estamos muy contentos. Ya tenemos lo que se denomina herencia de vuelo y, a partir de ahora, el sistema podrá ir evolucionando con nuevos satélites de mayor capacidad y un diseño mejorado", explica el responsable de la línea aeroespacial viguesa, Fernando Aguado.

El HumSat-D permanece en el espacio desde el pasado 21 de noviembre y ya ha superado las 2.800 órbitas completas en torno a la Tierra con una altura que oscila entre los 585 y los 636 kilómetros. En cada vuelta invierte un total de 136 minutos y 54 segundos y se conecta con la estación de seguimiento del campus durante 20-30 minutos al día.

Para determinar la validez del sistema, sendos sensores instalados en el tejado de la Escuela de Telecomunicaciones y en la Universidad de Brasilia transmiten datos al satélite desde hace algo más de un mes. El primer mensaje lanzado por el país sudamericano -un "Olá mundo!"- se recibía el pasado marzo en la mesa de control viguesa y también a través del teléfono móvil gracias a una aplicación desarrollada por el equipo de Aguado para conectarse con el HumSat-D incluso en zonas sin cobertura.

La previsión es que otros tres sensores entren a funcionar en breve en diferentes campus de la universidad brasileña, así como también en EE UU e India.

La red Humsat se basa en la utilización de sensores de bajo coste -rondan los 10 euros- para enviar información a los satélites cada vez que éstos sobrevuelan las universidades socias. Y todo este caudal se recibe en la estación viguesa, desde donde se coordinará todo el sistema y se facilitarán los datos específicos que soliciten los usuarios.

Tras realizar pruebas y las necesarias reconfiguraciones del receptor del HumSat-D, la universidad olívica se encuentra en conversaciones con otras instituciones académicas y diferentes organismos para empezar a transmitir "datos medioambientales" a través de esta nueva red de comunicaciones.

La observación de la Tierra es precisamente una de las aplicaciones de la iniciativa, que pretende facilitar, entre otros, los estudios sobre el cambio climático. Y sus fines también incluyen la detección y control de incendios, así como la gestión de situaciones de emergencia humanitaria.

El XaTcobeo, operativo

Mientras el HumSat-D testa la red de nanosatélites, el XaTcobeo se mantiene operativo tras cumplir dos años en el espacio el pasado febrero, aunque Aguado prevé que no llegue a celebrar el tercer aniversario. "La altura máxima ya ha descendido desde los 1.450 kilómetros a los 713", apunta. Cuando finalice su vida útil -que se cifró inicialmente en 3 meses-, el primer satélite gallego orbitará durante un máximo de 25 años antes de desintegrarse en contacto con la atmósfera.

Y aquí en la Tierra, la Universidad busca "socios y acuerdos a nivel internacional" para lanzar nuevos satélites a la constelación Humsat, además de tener en cartera la puesta en órbita del FemtoXat, de solo 250 gramos, y que actuaría como repetidor. La última fecha facilitada por responsables de la institución era mediados de 2014, pero no se han producido nuevos anuncios al respecto.

También se esperan noticias sobre las gestiones del Rectorado para conseguir la financiación necesaria que mantenga viva la línea aeroespacial y que se sumaría a los 30.000 euros comprometidos hasta el momento por el Concello de Pontevedra.