Por primera vez en seis años, las miradas de los cofrades no estuvieron puestas en el cielo y sus plegarias no se centraron en pedir que este se despejara. Sin la amenaza de lluvia, las procesiones del Jueves Santo lucieron en todo su esplendor y miles de devotos siguieron los desfiles en el centro de la ciudad, Teis y Bouzas.

Tras un año en blanco, la procesión de la Pasión retomó su más de medio siglo de tradición con algunas novedades, como la incorporación de la Cofradía del Cristo del Milagro del Perú, la primera hermandad compuesta por inmigrantes que participa en la Semana Santa viguesa. Antes de partir frente al templo del Sagrado Corazón, el párroco de Santiago de Vigo, Jose Antonio Marzoa, acompañado por el obispo de Tui-Vigo, Luis Quinteiro Fiuza, animó a los feligreses a "adentrarse en los misterios" de la Pascua a través de sus diez pasos, pertenecientes a la Cofradía de Nuestro Padre Jesús del Silencio, a la Hermandad de la Pasión y a la Hermandad de la Piedad.

Con el redoble de los tambores de los nazarenos de Nuestro Padre Jesús del Silencio, que abrieron la marcha, se hizo el silencio. Tras ellos, desfilaron "La última cena", que Jesús compartió con sus doce apóstoles, y "El huerto de los olivos", donde acudió a orar. Ya traicionado por Judas y apresado, "El Cristo del Silencio", camina hacia su enjuiciamiento. Este conjunto escultórico fue conducido por las mujeres de la Cofradía del Cristo del Milagro del Perú, invitada por el obispo a participar. Entre sus miembros, procesionaron hijas y madres de marineros, por lo que quisieron dedicar un homenaje a los fallecidos en el mar. "¡Que fatal coincidencia que hoy naufragara otro barco en Asturias!", lamentó la coordinadora de la cofradía y subdelegada diocesana de Migraciones Luisi Motta León.

Tras "La flagelación", desfilaron dos pasos escoltados solo por mujeres: el "Ecce Homo" y "El Nazareno". Esta última era la imagen que, hasta hace unos año, salía por las calles del Casco Vello en la procesión del Encuentro. En esta ocasión, sustituyó al "Cristo de las Tres Gracias", del convento de San Francisco, que se quedó dentro del templo debido a su delicado estado de conservación. "Es del siglo XVII, compuesta por madera y hierro y sufre mucho", explica Ángel Dorrego, coordinador de la Semana Santa. Definió la procesión como "desgarrada, dura y fuerte", ya que la mitad de sus imágenes pertenecen a la imaginería compostelana de Asorey, de mediados del siglo pasado, que se inspira en la castellana. "Es muy bonita, solo le falta lo espectacular del esfuerzo humano, que los pasos sean bailados", considera y lamenta que la procesión de "El Encuentro" no pueda salir hoy por falta de porteadores.

A la banda de cornetas, gaitas y tambores "Ría de Vigo" del Centro Cultural de Beade, le siguió "La primera caída" de Jesús en su Vía Crucis. Protección Civil, como ya es tradición, se encomendó a "El Calvario", conduciéndola. La joya de los pasos procesionales vigueses "La Piedad", que descansa en la Concatedral, fue guiada por su hermandad homónima. Tras "La Virgen Dolorosa" y seguidas por la banda Delicias de Caeiro, cerraban la comitiva las autoridades, encabezadas por el obispo de la diócesis, Luis Quinteiro Fiuza. Entre los representantes políticos, estuvieron presentes el concejal de Distritos, Parques y Jardines, Ángel Rivas; el presidente del puerto de Vigo, Ignacio López Chaves; el subdelegado del Gobierno en Pontevedra, Antonio Coello; la edil popular Marián García Míguez; y la diputada del PP Irene Garrido -quien realizó el miércoles la ofrenda a la Virgen de la Amargura-.

Después de recorrer Rosalía de Castro, García Barbón y Serafín Avendaño, los pasos se recogieron en el punto de partida, donde los fieles se emocionaron entonando una canción popular. Al término de la misma, tuvo lugar la Vigilia de Adoración Nocturna.

Una hora antes, a las 19.30, salían las procesiones del Jueves Santo en la villa marinera de Bouzas y la parroquia de Teis. Ambas arroparon simultáneamente a la Virgen Dolorosa y al Nazareno. Las de Bouzas fueron las únicas viguesas se sacaron a hombros: la Santa, sobre los de mujeres, y el Nazareno, cargado por hombres. La Virgen estrenó 14 horquillas y dos faroles. Antes, doce cofrades participaron en el lavatorio de pies del oficio. En Teis, el tramo más emotivo fue el del los Hermanos Misioneros Pobres, que engalanaron la calzada con una alfombra floral.