La Borriquilla se hizo esperar. Miles de fieles inundaban desde mediodía Porta do Sol para recibir la bendición de los ramos. Estaba prevista a las doce y media de la mañana, pero no fue hasta la una cuando la imagen de Jesús a lomos del animal accedía hasta la plaza entre los aplausos de las familias. El Domingo de Ramos con el que los cristianos rememoran la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén congregó este año en Vigo a más público que en anteriores ediciones. La Junta Coordinadora de la Semana Santa valoró como un "extraordinario comienzo" la procesión con la que arrancan las celebraciones de la Pascua en la ciudad.

Prueba del enorme poder de convocatoria fueron las cientos de personas que abarrotaron la Iglesia de María Auxiliadora para asistir a la misa oficiada por el obispo, Luis Quinteiro Fiuza, antes de la procesión. Suele durar 45 minutos y la salida de la imagen estaba prevista para las doce menos cuarto de la mañana, pero el especial cariño del prelado por esta celebración con los niños como protagonistas y la afluencia masiva de gente prolongó una hora y cuarto la misa y el recorrido de La Borriquilla junto a los fieles desde Ronda dos Bosco no comenzó hasta las doce y cuarto del mediodía.

El Domingo de Ramos es el día de las nuevas generaciones y la celebración en la que más distendido se observa a Luis Quinteiro Fiuza, que guió la procesión sonriendo y saludando a los pequeños que se le acercaban. Mas de media hora tardó el grupo en recorrer Cachamuíña, Falperra, Paseo de Alfonso y Elduayen hasta Porta do Sol, donde muchas familias esperaban la llegada de la comitiva sin desplazarse antes hasta María Auxiliadora.

"Ya viene la burra", gritaban nerviosos los niños a medida que se aproximaba la comitiva. El obispo dio gracias de forma reiterada "a los padres, a los abuelos y a los niños allí presentes". En una breve alocución bajo un sol de rigor los animó "a celebrar la Semana Santa con piedad y devoción" y concluyó como ya es habitual en él enviando "un fuerte abrazo a los niños que hacen posible este día".

A la una y cinco de la tarde llegaba el momento más solemne con la bendición de los ramos. Cientos de niños con los brazos en alto recibieron la bendición sobre sus palmas o ramos de olivo que como recordó Quinteiro Fiuza simbolizan la victoria de Cristo y son también un signo de protección. El obispo los animó a seguir siendo "piedras vivas" de la Iglesia para ayudar a edificar la fe.

Parte de los fieles dejaron la procesión a partir de Porta do Sol, pero un grupo bastante numeroso concluyó el recorrido hasta la Iglesia de Santiago El Mayor, a donde llegaron pasadas la una y media de la tarde. Allí de nuevo Quinteiro Fiuza volvió a dirigirse al público desde las escaleras para agradecer la participación de Vigo en el Domingo de Ramos. "Es maravilloso ver a tanta gente y sobre todo a tantos niños en el corazón de nuestra ciudad. Que este día y esta celebración nos ayude a vivir la Semana Santa con devoción", reiteró antes de pedir de nuevo a Jesús "protección para todos los padres, abuelos e hijos presentes" durante la bendición de los niños en García Barbón.

Tuvo palabras también de agradecimiento para los organizadores y voluntarios que hacen posible la fiesta y para las parroquias de María Auxiliadora y Santiago El Mayor, donde concluyó la jornada con una misa a continuación. Acompañándolo durante el recorrido se encontraba el subdelegado del Gobierno en Pontevedra, Antonio Coello, y numerosos ediles del PP de Vigo.