La quilla de los veleros que registra en Vigo la Asociación Galega de Barcos Clásicos e de Época (Agabace) no solo corta mares y océanos... También la historia se abre a su paso. De la treintena de embarcaciones "clásicas" que el colectivo tiene localizadas en Galicia media decena fondea en aguas de la ría viguesa. El Tango, Acacia, Atalanta, Pingüino y Petán -veleros de madera ensamblados sobre diseños de célebres maestros- no solo ofrecen una estampa elegante, son también auténticas joyas históricas, ricas en anécdotas y periplos. Todos suman más de medio siglo de vida y en su mayoría recalan en Vigo tras haber pasado antes por astilleros de todo el mundo, como Argentina, Suecia o Escocia. A ellos se suman otros navíos que recalan en puertos cercanos de la provincia de Pontevedra. Un ejemplo es el Ortac, de 1937.

"Son barcos muy delicados y requieren un mantenimiento mayor que el resto de embarcaciones", apunta "Ñaco" Eraso, vocal de Agabace. El colectivo se constituyó en 2011 para agrupar e incentivar la admiración por las embarcaciones más emblemáticas. En la asociación se integran "barcos de época" -puestos en servicio antes de 1949 y construidos con madera y acero-; los "clásicos" -con los mismos materiales y botados entre 1950 y 1975- y los "clásicos modernos" -inspirados en los diseños del período clásico-. "También potenciamos la conservación. Hay muchos casos en los que las embarcaciones se han tenido que restaurar", comenta Eraso.

Vuelta a casa del "Atalanta"

El Atalanta es un ejemplo claro de un navío histórico que pasa por el "taller" para disfrutar de una segunda vida. El balandro se construyó en 1964 en Lagos, el emblemático astillero vigués, para el banquero Antonio Pastor de la Meden. Su nombre, recuerda Alfredo Lagos, proviene del amor de Pastor de la Meden por el mundo clásico, lo que le animó a bautizar sus otros navíos como Ariadne y Nausicaa. Tras pasar por manos del Cónsul de El Salvador en A Coruña en 1974, Bilbao... Y otros armadores durante 50 años, Lagos lo encontró en la ría de Palencia en "bastante mal estado". Medio siglo después de construirlo, el astillero de Beiramar vuelve a trabajar en el Atalanta para devolverlo a la ría.

Cada uno de los veleros oculta su propia historia. Eraso recuerda como el Acacia, una elegante embarcación ensamblada en 1929 en Suecia, y que pasó parte de su historia en Bilbao, es similar a un navío del monarca Alfonso XIII. "Hoy en día se siguen construyendo barcos así, pero es algo minoritario", reflexiona el vocal de Agabace, quien resalta por ejemplo la dificultad para hacerse con los materiales nobles necesarios hoy en día.