La banda rumana especializada en hurtos con bolsas forradas de aluminio para que las alarmas de los productos no les delaten, han vuelto a asentarse en el centro de Vigo, según fuentes policiales que hace unos meses habían comprobado que el grupo había cambiado su zona de "trabajo" . Una de las integrantes de esta trama, Iona G., aceptó ayer una condena de cuatro meses multa a 3 euros diarios, un total de 360 euros, tras admitir dos hurtos que tuvieron lugar hace un año en un establecimiento comercial de Urzáiz y otro en Príncipe. La empleada de una de las tiendas facilitó su descripción a la Policía Local que logró localizarla, si bien había tirado las bolsas con la prendas sustraídas.

Iona G. llegó al Juzgado de Penal 2 esposada desde A Lama, ya que se encuentra en prisión por otros casos similares. "Actúan como una auténtica mafia. Ahora han vuelto a su asentamiento del centro de Vigo, aunque los integrantes de la red van cambiando porque algunos han sido identificados en demasiadas ocasiones por presuntos hurtos", aseguran fuentes próximas al caso.