Cuatro meses de prisión y 1.210 euros de indemnización por empujar a un rival contra una valla y causarle lesiones en la frente y en un ojo. Un futbolista vigués de 34 años, veterano del Club Deportivo Coya, ha sido condenado a una pena de cárcel al ser hallado culpable de un delito de lesiones cometido durante un partido disputado en Vigo. La sentencia, pionera en España al fallar por primera vez sobre un lance del juego que se produce en un campo de fútbol, también impone una indemnización de 1.210 euros y puede ser recurrida ante la Audiencia Provincial de Pontevedra.

Los hechos se remontan al 12 de mayo de 2011 cuando se disputaba en el campo de A Bouza (Coia) un partido entre los equipos veteranos de Coia y Farol de Vilaboa. Según recoge el fallo del Juzgado de lo Penal número 1 de Vigo, el jugador ahora condenado "con ánimo de menoscabar la integridad física" de un rival "como quiera que iban perdiendo y el partido estaba a punto de terminar, le propinó un fuerte empujón por detrás lanzándolo contra el mástil metálico de sujeción de la valla del campo contra la que se golpeó la cabeza". A consecuencia de la acción, añade la sentencia, el futbolista del equipo de Vilaboa sufrió una contusión craneal con herida frontal abierta que requirió puntos de sutura, lo que originó una cicatriz de 4 centímetros en la frente y otra de medio centímetro en el marco ciliar del ojo izquierdo.

La juez entiende que "nos hallamos ante un delito de lesiones reprochable penalmente" y asegura que el futbolista acusado "conocía de la proximidad de la valla en la que se lesionó (su oponente) a raíz del empujón". En la vista oral ambas partes llevaron sus testigos, aunque la juez considera que las versiones aportadas por la defensa carecían de "inmediatez, espontaneidad y frescura y, en definitiva, de credibilidad". En cualquier caso, la sentencia señala que fue determinante la versión del árbitro, al que considera "imparcial" y menciona el acta cubierta a la finalización del encuentro. En su declaración, el árbitro explica que "fue un empujón y no una carga legal", que el balón "ya estaba fuera cuando lo empuja" y que hace "un gesto de empujar con las dos manos". También aprecia la magistrada la versión del árbitro al señalar que no había intención de hacerle daño, sino que "fue propio de la rabia del momento".