Peritos y técnicos realizaron ayer las reparaciones en el casco del mercante, que resultó con algunos daños no graves, especialmente en la zona del bulbo, en proa. Personal especializado elaboró un plan de subsanación de los daños (sellado de grietas, pintura, etc.) para garantizar la seguridad de la navegación. La mayoría de los desperfectos tras la mortal colisión con el Mar de Vigo se sitúan en la parte submarina del bulbo del Baltic Breeze, una zona que fue revisada por un grupo de submarinos.

El mercante, con bandera de Singapur y fletado por UECC, no tenía carga en el momento del accidente en la ría, y está todavía a la espera de poder cargar coches en la terminal de Bouzas y continuar su travesía rumbo a Argelia. El buque tiene capacidad para 3.200 vehículos.