Solo el 8,66% de los 22.497 trabajadores y alumnos convocados acudieron el martes a las urnas para cerrar un proceso cuyo resultado se conocía desde febrero, cuando se formalizaron las candidaturas. La falta de alternativa a Mato propició unos comicios inéditos y la participación más baja de la historia de la Universidad. Y en el caso de los alumnos, se desplomó desde el 16% de 2010 a un exiguo 2,9%. De esta forma, el rector revalida un segundo mandato apoyado en 751 votos reales -el 38,5% de los 1.950 emitidos- y lejos de los 908 registrados en blanco.

"La falta de competencia desvirtúa el proceso, sería diferente con otro candidato. La participación fue buena en las anteriores porque había una oposición, pero en esta ocasión la desmovilización fue total", señala Benxamín Porto, profesor de Sociología y aspirante electo al Claustro.

El experto reivindica la necesidad de las instituciones en un momento en el que todas se enfrentan a una "crisis muy severa" y necesitan implicar a una sociedad que las "legitima" con su voto pero en la que prima el individualismo y el 'sálvese quien pueda'. De ahí que defienda la vigencia de los comicios universitarios y eche en falta una alternativa: "Aquí ha habido un fracaso de todos. También de la oposición, que no tuvo capacidad de presentar otro candidato".

Porto no se olvida del contexto que rodea a la universidad española, sometida a "recortes importantes", para explicar la falta de alternativas. Y respecto a la elevada abstención del alumnado, el sociólogo reconoce que la mayoría desconoce la mecánica participativa y duda de la efectividad de la campaña en las redes sociales de Mato.

"Las sucesivas leyes les han ido restando protagonismo y su participación ha sido tradicionalmente baja. Con el voto ponderado, la elección queda muy circunscrita a los grupos de poder entre el profesorado", comenta.

Porto coincide con el equipo de gobierno al señalar que las papeletas en blanco no aglutinan a toda la oposición. "Responden a muchos factores, incluso discrepantes entre ellos, pero detrás no hay ningún programa ni proyecto concreto", destaca Ana Graña, futura vicerrectora de Organización Académica y Profesorado.

"Lo intentamos, pero es muy difícil movilizar a la gente en un contexto en el que el resultado se conocía a priori. La elección se produjo en el momento en que solo se presentó una candidatura. Y las razones del voto en blanco son tantas como sufragios. Reflejan sensibilidades diferentes y también apatía por un resultado que ya se conocía", añade.

Graña admite la dificultad para llegar a los estudiantes, cuya baja participación se "agravó" por la ausencia de rival y de elecciones simultáneas al Claustro en muchos centros por falta de candidatos. "No hay motivación para ir a la urna y eso retrae el voto. Pero no nos rendiremos, Seguiremos intentando que participen en la vida universitaria y dejen oír su voz a través de los órganos correspondientes".

"Votar era un poco absurdo"

Uno de esos centros sin elecciones al Claustro fue Industriales, donde solo 6 alumnos aspiraban a 15 plazas. Y solo 39 de los 4.056 matriculados que la convierten en la mayor escuela de Galicia acudieron a votar a favor de Mato, en blanco o nulo. Lo mismo ocurrió en "Teleco", donde estudian un millar de estudiantes y se contabilizaron 5 papeletas.

"La falta de candidatos al Claustro fue una de la razones de la baja participación y la segunda, que el rector ya estaba electo y votar es un poco absurdo. Dentro de lo que cabe, hubo bastante respuesta porque los votos blancos y en nulo reflejan el descontento por la falta de variedad y también que el gobierno no podrá hacer todo lo que quiera en ciertos temas", destaca el claustral electo y portavoz nacional de Comités, Brais Fortes.

A pesar de que "parte de la voz estudiantil" se perderá en el Claustro, Fortes se compromete a trabajar para escuchar al resto del alumnado y llevar allí sus reivindicaciones. Sostiene además que el próximo equipo rectoral debería tomar nota del resultado: "Mato tiene trabajo que hacer en todas las facultades si quiere seguir otros 4 años de forma cómoda. Hace falta diálogo y negociación para llevar la Universidad de la manera que merece y debe ponerle más freno a los ataques del Gobierno".