Una tasa baja de cesáreas es, según la OMS, indicativa de un buen control del embarazo y una correcta asistencia al parto. El porcentaje de alumbramientos en los que el Chuvi tiene que recurrir a ellas fue del 21,17% en 2013. El más bajo de Galicia, junto a Santiago, e inferior a la media española.

Lo ideal, según la OMS, sería oscilar entre un 15 y un 17%. El jefe de Ginecología y Obstetricia, Carlos López Ramón y Cajal, explica que los niveles españoles son "buenos". En el complejo vigués, hace 7 años, esta tasa rozaba el 30%, un nivel "inaceptable". Con técnicas punteras como las versiones externas -maniobra para voltear al feto que viene de nalgas, que se usa en un 3% de los partos y la mitad son exitosas-, lograron reducirla hasta un 19% en 2011, a pesar de que al Xeral se derivan todos los partos complicados tanto de centros públicos como privados.

López Ramón y Cajal atribuye esos dos puntos que ha ascendido a múltiples factores. Con respecto a la madre: hay más primerizas (la probabilidad de cesárea en el segundo parto baja al 8%) y de mayor edad (dos de cada cinco son mayores de 35 años). En cuanto al personal, habla de los resultados que obtienen países como Suecia con mayor número de matronas. También considera necesario un cambio en "la cultura sanitaria del área": "la mayoría de la población considera que la cesárea es salvadora y te la piden". Por ello, pide que la Administración y la Justicia de la comunidad refrenden sus protocolos, basados en evidencias científicas, para no sentir indefensión jurídica.