José Gil Piñeiro, tío y padrino del engrasador Carlos Santos Villar, ha confesado que no entiende la razón por la que el pesquero Mar de Marín naufragó tras colisionar con el mercante Baltic Breeze, un accidente marítimo que se cobró la vida de su familiar: "Estamos pasando un mal trago".

En el exterior del tanatorio de Cangas, en Pontevedra, ha comentado que Santos era "una persona joven", padre de dos hijos de 4 y 6 años, "y no nos esperábamos esto. Nos enteramos ayer por la mañana por medio de los vecinos".

Sobre el motivo, poco tiene que decir: "No se sabe cómo fue la cosa. Parece que el pequeño chocó contra el grande".

La colisión entre el Mar de Marín y el Baltic Breeze, un mercante de bandera de Singapur que transporta vehículos, se produjo a las 2.45 de la madrugada del martes, cuando el pesquero regresaba al caladero de Muxía (A Coruña) tras descargar sus capturas en el puerto de Vigo.

Como consecuencia del impacto, el pesquero, con veinticinco años de servicio, se hundió y el pecio fue localizado a 57 metros de profundidad y a una distancia de 1,4 millas al sureste del islote de Boeiro, al sur de las Islas Cíes.

Solo cinco de los diez tripulantes del Mar de Marín consiguieron subirse a las balsas.

Los cuerpos de tres de los otros cinco tripulantes fueron recuperados por otros pesqueros que acudieron al lugar del naufragio.

Se trata de Alejandro García Castro, segundo patrón del Mar de Marín, que en el momento de la colisión con el Baltic Breeze estaba en el puente de mando; de Hassan Boudra, primer mecánico, de nacionalidad marroquí, y del propio Carlos Santos Villar, engrasador, vecino de Cangas.