Agotados y con mucho desgarro por la trágica madrugada y amanecida que les tocó vivir estaban ayer José Manuel Saavedra, Manuel Otero Pereiro y José Manuel Cabaleiro, amigos desde hace años y patrones de los cerqueros "Colomba Tercero" "Magu Uno" y "Tribal" . Los tres tuvieron la triste "fortuna" de poder recuperar a los tres marineros fallecidos del "Mar de Marín". Un muerto rescatado por cada uno de los tres barcos es su dramático y a la vez reconfortante logro. Los tres se reconocían "muy fastidiados" porque "recoger a un compañero del mar es muy duro", aunque peor es la frustración de no poder encontrarlos para devolvérselos a los suyos."Solo pienso en sus familias y lamento no haber podido hacer más ni encontrar a los que faltan pero hicimos todo lo que pudimos", explicaba Saavedra, a la vez presidente de la asociación provincial del cerco y con el recuerdo ayer más vivo que nunca de la búsqueda de las víctimas del "O' Bahía", en la que en 2004 participó junto a las Sisargas con la "Salvamar".

El "Colomba" y el "Tribal", estaban ayer juntos en Portonovo después de haber pescado "algo de sardina", cuando escucharon la alerta del naufragio en la ría de Vigo. Y, de inmediato, se comunicaron con su amigo, el patrón del "Magu", que estaba en el puerto de Vigo. "Siempre nos avisamos de todo". Y los tres salieron, sin pensarlo dos veces, hacia la zona del aviso. "Somos muy unidos, pero también todos los barcos del cerco, todos nos conocemos y siempre ayudamos en lo que podemos", explicaba Manuel Otero, cuya voz no podía disimular la emoción por los duros momentos vividos, ni el cansancio por las horas sin reposo. Y todo, con la cabeza de nuevo en el mar, preparando ya una nueva marea, a media tarde, ayer un poco adelantada de acuerdo con los otros dos patrones y sus barcos, "para ver si aprovechamos un poco la luz del día para seguir buscando" por las zonas de faena a los desaparecidos.

Los tres hombres, sin sentirse del todo cómodos en el protagonismo que ayer les deparó el día, recordaban que en cuanto a primera hora de la madrugada tuvieron noticia del siniestro salieron en su ayuda lo más rápido posible, a sabiendas de que "el tiempo es vital en estos casos porque "en dos o tres horas" los náufragos "pueden hundirse".

Su experiencia y otros rescates les aconsejaron fiarse del mar, del viento y de las corrientes para saber dónde buscar. Hacia el norte. "Hicimos lo mismo que con el O Bahía, formamos abanicos de rastreo" junto con el "Nuevo Barloeiro" y el "Ameixa".

"Nos pusimos a rastrear y ya en la cara interior de las Cíes, encontramos muy cerca los tres cuerpos flotando, muy cerca todos", recuerda Saavedra. A la misma hora, cerca de las cinco de la madrugada, llegaban a Vigo los cinco tripulantes rescatados vivos en la lancha salvavidas entre Cíes y Ons, "ya a tres millas" de la zona del hundimiento.

Los tres patrones desconocían ayer la identidad de "sus" rescatados, y coincidían en que los tres iban con ropa ligera, camiseta, pantalón o chandal, señal de que "no les dio tiempo a nada. O se tiraron al mar o cayeron" porque, especulan, "la embestida tuvo que ser muy grande" y también "difícil de explicar". Los tres apuntan a un fallo humano "que los hay en todas partes, en los barcos, en los trenes, en los aviones y los coches, pero quién sabe".

A "verificar" el pecio

Pero su jornada de ayuda no terminó ahí, al menos para el "Colomba" y el "Tribal" que, acompañados del "Ostra", volvieron, en coordinación con Salvamento a la zona del naufragio a "verificar" el pecio con sus fiables equipos de rastreo. Y lo localizaron "a 29 brazas de profundidad, dentro dispositivo de separación de entrada en la ría". Se trata de la zona comprendida entre A Aguieira y los bajos de As Serralleiras, que marca la entrada de la Ría de Vigo, entre Cíes y Monte Ferro, concreta Saavedra.

El veterano patrón es de la opinión, como sus compañeros, de que los desaparecidos pueden estar en el interior del barco. "Es solo una hipótesis, aunque también pueden haber quedado entre dos aguas y en ese caso? porque con la corriente tan fuerte, mareas vivas y olas de dos o tres metros que había ya por la mañana en la zona". De las desfavorables condiciones del mar ayer en la bocana de la ría de Vigo da fe el hecho de que la balsa con los supervivientes fuese localizada a bastante distancia de la zona del accidente, al norte, ya entre Ons y Cíes, a unas tres millas.

No conocían a los tripulantes del arrastrero hundido pero "son compañeros, hay que ayudar pero coger a una persona muerta es muy duro, te sientes importante, te revuelve las tripas pero es lo que hay que hacer porque si no lo haces y pronto igual no aparecen; y luego volver a la zona del hundimiento es muy duro, te revive muchas cosas, pero no queda otra", remata Saavedra.