La borrasca Petra sacudió ayer la ciudad con vientos de hasta 110 km/h que provocaron un incontable número de incidencias pero sin daños personales. Árboles y tejados desprendidos, vehículos golpeados por el desplazamiento de contenedores y sobre todo el desplome de parte del vallado del campo de fútbol de Bouzas coparon las intervenciones más relevantes de los efectivos de emergencias. Las intensas rachas de viento obligaron a suspender el transporte de ría durante unas horas, y aunque complicaron también la actividad en el puerto y el aeropuerto, ambas instalaciones operaron todos los tráficos programados.

Por la mañana parecía incluso que el temporal amainaría. Llovía, y habían caído 36 litros por metro cuadrado, pero el ambiente era de una "calma tensa", esa que los marineros identifican como preludio de un fuerte temporal. Y este comenzó a golpear con fuerza a las 14.00 horas. A partir de este momento, los coletazos de los vientos huracanados comenzaron a batir contra todo lo que encontraban por delante. Como ocurrió en el campo del Rápido de Bouzas, donde unos 90 metros del vallado que circunda el recinto por la zona del marcador, e incluido éste, acabaron desplomándose sobre el césped. "Esta zona ya había quedado tocada del anterior temporal, y ahora este acabó por tirarla", comentaba Enrique, uno de los encargados del campo. Los directivos del club confían en que el Concello repare los desperfectos "lo más pronto posible" para que el fin de semana puedan celebrarse los partidos.

La Policía Local registró la mayoría de las emergencias entre las tres y las cinco de la tarde. En esta corta franja de tiempo los bomberos de los dos parques de la ciudad se desplegaron por diferentes puntos del municipio atendiendo numerosos servicios. Por ejemplo, la caída de árboles en las calles Tomiño y Porriño; o el desplazamiento de contenedores que en algunas zonas como en la calle Teixugueiras y en Coruxo dañaron varios de los vehículos estacionados.

También en Navia los efectivos retiraron un cartelón de publicidad y planchas de diferentes tejados que presentaban peligro de desprenderse, mientras que en la calle Urzáiz una cubierta de uralita cayó a la vía pública sin que se produjeran daños. Además, los bomberos intervinieron en los desprendimientos parciales de chapas en edificios de distintas calles y en el levantamiento de alcantarillas por la acumulación de la lluvia.

No era un viento constante sino empujado por rachas que actuaban como auténticos torbellinos. A las 17.12, la estación meteorológica de Peinador midió vientos de 86 km/h que hasta parecían suaves en comparación con las ráfagas generadas minutos más tarde, como la de 110 km/h en el campus de la Universidad. Paradójicamente, semejante vendaval no afectó a ni un solo vuelo de Peinador, que operó durante todo el día con relativa normalidad. Tampoco se resintió la actividad en el Puerto, que superó el temporal sin más percances que el desprendimiento de una baliza de señalización. Solo el fuerte oleaje recomendó interrumpir la línea de barcos entre Vigo y Cangas y Moaña desde las 14.00 hasta las 19.00 horas.

El vendaval que acompañó a "Petra" ocasionó ayer numerosos incidentes en la ciudad. La lluvia, por ejemplo, fue la posible causa de un accidente registrado a las 12.05 horas en la calle Clara Campoamor en sentido Vigo. Otro accidente sucedió en la calle Arquitecto Palacios, donde cuatro coches colisionaron y provocaron retenciones hasta que fueron retirados (imagen central). Así mismo, se registraron numerosos contenedores volcados por el viento (en la imagen de la izquierda, en la avenida de Portanet, cerca de Castrelos) y, debido a las lluvias, se desbordaron alcantarillas (en la foto superior, la carretera del Lagares) y también los cauces de los ríos estuvieron a punto de desbordarse. El mar también batió con fuerza el litoral vigués, sin mayores incidentes.