El proyecto del exfutbolista céltico y promotor Valery Karpin para construir en el Barrio do Cura la mayor urbanización del Casco Vello ha ganado un importante balón de oxígeno para salir a flote a pocos días de las subastas que abocarían a la operación inmobiliaria al fracaso. El BBVA, según han confirmado varias fuentes de toda solvencia, ha paralizado las dos pujas que instó hace meses por impago hipotecario y que estaban señaladas para el próximo lunes y el 6 de febrero respectivamente. La venta incluía bienes por un valor superior a los 18 millones de euros, entre ellos el antiguo asilo de Pi y Margall. El banco ha tomado la decisión después de que un inversor ruso del sector inmobiliario haya mostrado, de la mano de Karpin, voluntad expresa de participar en la operación.

El empresario habría demostrado su solvencia y el BBVA considera acreditada su intención de impulsar el desarrollo urbanístico del ámbito, de ahí que la entidad haya dado un nuevo voto de confianza al plan del Barrio do Cura, que fue aprobado inicialmente en abril del año pasado por el pleno del Concello y está pendiente del informe de la Dirección Xeral de Patrimonio. El empresario José Crespo, socio de la promotora de Karpin -al igual que el también excéltico Míchel Salgado-, confirmó ayer consultado por este periódico el interés de un empresario ruso, si bien evitó desvelar su identidad. "Valery presentó al inversor, que remitió una carta al banco mostrando su interés, y el BBVA ve indicios de que puede haber una solución", ratificó.

La primera subasta incluía dos fincas y una casa con un precio fijado en 1,45 millones. Ejecutarla ya pondría en serios aprietos el proyecto, que se vería abocado a la desaparición definitivamente si se llevase a cabo la puja del 6 de febrero. Esta incluía la venta del antiguo asilo de Pi y Margall y de más de una docena de casas y fincas con un valor conjunto de 16,6 millones de euros. De celebrarse quedaría mutilada una parte sustancial del plan, que Karpin lanzó hace más de una década y que ahora, tras sucesivos retrasos, parece bien encaminado en el apartado urbanístico.

No es la primera vez que el ambicioso proyecto, -que incluye la construcción de 350 pisos, área comercial bajo una nueva plaza pública de 5.000 metros cuadrados y un parque en la ladera entre O Berbés y el Paseo de Alfonso-, sobrevive a una subasta con fecha señalada. El Santander, entidad que coparticipó con el BBVA en la financiación para desarrollar la operación, instó también una puja que iba a celebrarse el 21 de marzo del año pasado. La venta incluía una veintena de inmuebles por un valor superior a los 16,3 millones, pero el banco decidió suspenderla al observar visos de que el plan urbanístico aún tiene viabilidad.

Desde entonces el Santander mantiene aparcada la vía judicial mientras que el BBVA ha solicitado ejecuciones hipotecarias por impago, aunque sin renunciar nunca a un acuerdo extrajudicial que evitase la venta de las propiedades, desenlace que la entidad tampoco desea. Si las pujas quedasen desiertas pasaría a ser dueña de unos terrenos sin visos de desarrollarse a corto ni medio plazo. Durante estos meses se mantuvo en contacto con los promotores y tanto los pasos administrativos en el Concello como la aparición del nuevo inversor han alimentado la confianza en que el proyecto salga adelante, si bien la reactivación de las acciones judiciales no está ni mucho menos descartada en caso de que no haya avances.

La aprobación inicial del Plan Especial del Barrio do Cura fue un importante paso, y la clave ahora es el informe de Patrimonio. El departamento pidió en septiembre una serie de subsanaciones y puso dos condiciones indispensables: que se mantuviesen las vistas del mirador del Paseo de Alfonso y la fachada de la antigua iglesia del asilo. El propio conselleiro de Cultura, Jesús Vázquez, mostró voluntad de colaborar con un proyecto estratégico, aunque, matizó, "siempre con la máxima protección al patrimonio".

El informe definitivo aún no ha sido emitido pero fuentes municipales, que mantienen contacto con Patrimonio, apuntan que el plan está "bien encaminado". Si el dictamen es favorable el Concello aprobaría el plan definitivamente y tendría pista libre para que el promotor llegase a un acuerdo con los bancos y, junto con el inversor ruso, desarrollase la operación.