En la parada del autobús, en el bar, en la cola del supermercado o en el salón de casa. Los smartphones -teléfonos inteligentes- han logrado en un tiempo récord lo que solo un puñado de inventos había alcanzado hasta la fecha: colarse en el paisaje cotidiano con la categoría de herramienta imprescindible. A nadie sorprende ya ver a peatones con la vista fija en la pantalla o a gente que apura el café entre vistazo y vistazo a su tablet. Parte de ese éxito lo tienen las "apps" -aplicaciones-, que multiplican la utilidad y atractivo de los smartphones. Tan grande es su potencial que el número de emprendedores que apuestan por desarrollar nuevas "apps" crece imparable. Una prueba: de las 20 ideas seleccionadas por Zona Franca para la academia de su aceleradora "Vía Vigo", seis eran "apps". De ellas dos lograron destacar entre las diez finalistas que accederán a una inyección de hasta medio millón de euros.

Dos son las razones que hacen de las aplicaciones móviles un caramelo para los emprendedores: la razonable inversión inicial que requieren, muy alejada de las cifras astronómicas de otros sectores; y su alcance global. "Desde el primer minuto tu mercado potencial es todo el mundo", explica el ingeniero Pablo Gajino, miembro del equipo que impulsa la "app" Like This! desde el Parque Tecnológico y Logístico de Valladares. Ahora bien, ambas ventajas -inversión y proyección- tienen sus matices.

Víctor Ayán, creador de la guía de viajes para smpartphones ePocketGuide reconoce que las aplicaciones "son un canal que te coloca en el mundo; otra cosa es que consigas hacerlo". "Yo siempre digo que hacerte ver con las "apps" es como ir a un acantilado y gritar para que te oigan", ilustra Ayán. Su metáfora refleja bien el reto que encaran las aplicaciones al salir al mercado. En las plataformas de descarga -App Store para Apple o Play Store para Android- conviven "apps" ya asentadas, como WhatsApp, que en agosto contaba con 300 millones de usuarios en todo el globo; con otras que apenas han superado su fase beta.

Esa necesidad de "hacerse ver" eleva el coste de crear una "app". Si el desarrollo inicial no exige una inversión desmedida, el marketing y la promoción engordan la factura final. Raúl Conde, impulsor de Park App -una aplicación para encontrar parking que se pondrá en marcha en la ciudad el 20 de enero con cuatro aparcamientos: el Hotel Casablanca, Vigo, Progreso y Central- asegura que lanzar una "app" exige "una inversión bastante grande". "La rentabilidad, sin embargo, también lo es"-aclara este experto en las nuevas tecnologías- "con las aplicaciones entras en un mercado global con un volumen de negocio muy grande".

A modo de ejemplo Conde detalla que, con ParkApp, la empresa confía en alcanzar antes de 2017 unas cifras "que antes podías tardar en lograr 10 o 20 años". Su equipo trabaja desde hace seis meses y ya mantiene contactos con 80 parkings de Colombia y negocios de Chile o México. Javier Romero -uno de los padres de las "apps" viguesas TockApp y TockApp Scholl- coincide en que "el margen es alto porque llegas a millones de personas". En su opinión, "este es el momento idóneo" para apostar por los smartphones. La potencia y capacidad de la tecnología 4G, sumada al uso cada vez más extendido de Internet en el móvil juega a favor del sector.

Ese amplio mercado no impide que el "talón de Aquiles" de las aplicaciones sea su rentabilidad. Una "app" puede ser increíblemente útil y con el apoyo del marketing alcanzar los smartphones de miles de personas... Pero, ¿cómo se consigue que genere dinero? "La rentabilidad es donde cojean algunos proyectos", reflexiona Luis Morán, integrante del equipo de Use Feeling. "Hay dos grandes formas de ganar dinero: que el usuario pague por el producto, algo que resulta muy difícil; o con publicidad, y para eso necesitas muchos usuarios", aporta Ayán. En su caso -ePocketGuide- se apostó por una fórmula alternativa. Se ofrecen grandes lotes de la "app" a los hoteles para que estos los distribuyan entre sus clientes a modo de obsequio.

Sea cuál sea el camino del éxito, los emprendedores coinciden en que al fenómeno "app" le queda aún un largo camino. "Las oportunidades que ofrecen los smartphones son tremendas; al fin y al cabo es como llevar un ordenador en el bolsillo", concluye Morán. Vigo es un buen ejemplo de la irrupción de las aplicaciones en la rutina del día a día. El Concello acaba de lanzar una "app" que permite a los ciudadanos enviar sus quejas en tiempo real, la Cooperativa de Taxis activará en 2014 otra para pedir o reservar un servicio, Vitrasa hace tiempo que informa en tiempo real sobre sus buses y la biblioteca dispone de una herramienta para coger un libro electrónico.