Un empresario inglés reconstruirá el edificio de El Castillo en la ciudad de Bath, a 160 kilómetros de Londres. Thomas Rothschild contactó hace mes y medio con la empresa a la que el Concello adjudicó el derribo y llegó a un acuerdo con la subcontrata que se encarga del desmontaje de la piedra para preservarla sin daños y poder trasladarla en barco hasta Reino Unido. Las mil toneladas de granito están ya en un almacén del recinto portuario esperando a ser enviadas y el dueño de la firma TomLinnsons LTD aseguró a FARO que su intención es "iniciar las obras de reconstrucción entre junio y julio de 2014".

El empresario asegura haber firmado un acuerdo de confidencialidad y no revela cuánto pagó por los trabajos de desmontaje a mano ni por los bloques de granito, pero calcula que el montaje del inmueble en las proximidades de Bristol y su acondicionamiento como hotel y restaurante de lujo supondrá un desembolso de "más de dos millones de euros".

El edificio de El Castillo llevaba abandonado desde que finalizó la concesión municipal en 2005 y su interior estaba arrasado por un incendio y actos vandálicos. Después de años de intenso debate en la Corporación sobre el futuro de las instalaciones, con el BNG posicionado a favor del derribo y PP y PSOE más proclives a buscarle una alternativa, el Concello de Vigo decidió este verano demolerlo para recuperar dentro de lo posible la fortaleza de Nuestra Señora del Castro y abrir un nuevo mirador sobre la ría. La Ley 8/1995 del Patrimonio Cultural de Galicia obliga a derribar todo tipo de añadidos hechos sobre monumentos históricos como el Castillo de O Castro, catalogado como Monumento de Arquitectura Militar en 1968.

Para cumplir con la normativa y después de varios planes de uso fallidos, el gobierno vigués adjudicó las obras de demolición a la empresa Construcciones y Desmontes Ribera Navarra por 128.000 euros. Las grúas llegaron a la ladera de O Castro el 7 de octubre pasado y cuando el empresario inglés trató, según su relato, de paralizar el derribo y hacerse cargo de su rehabilitación in situ, desde el gobierno local se le informó de que no era posible y fue cuando se puso en contacto directo con la empresa que se iba a encargar de retirar la piedra, la firma de Gondomar Cosalmar Excavaciones.

Los términos económicos del acuerdo se desconocen por ahora y desde el Concello aseguran que desconocían el resultado de esos contactos. Explican que Thomas Rothschild "planteó de manera informal su intención de recuperar el edificio, pero se le informó de que este gobierno quería dejar visible la muralla y que la piedra no era de nuestra propiedad", argumentan fuentes municipales.

Los trabajos de demolición están prácticamente terminados y mientras concluye la retirada de escombros, Rothschild trabaja en colaboración con el arquitecto gallego Ángel Costas en los detalles del proyecto de reconstrucción. El próximo miércoles el empresario viajará de nuevo a Vigo para supervisar los detalles de la inversión y tomar decisiones sobre la decoración y acabados interiores.

"Soy un amante de Galicia, de las Cíes y de Vigo. El edificio me parecía precioso y su ubicación espectacular. En Reino Unido se valora este tipo de edificios antiguos y creo que va a ser un buen negocio", asegura por teléfono a FARO desde Reino Unido el ahora propietario de la piedra. Defiende su decisión de contratar a un arquitecto local para supervisar los trabajos por la particularidad del material y su intención es trasladar a Bath a un equipo de Galicia. El empresario asegura llevar tres décadas realizando inversiones inmobiliarias de este tipo y reconstruyendo en Reino Unido edificios originariamente ubicados en Francia, Budapest o Suecia. Recupera los materiales y el diseño de inmuebles poco valorados en sus localidades y las comercializa en Suecia e Inglaterra, donde ahora tiene centrada su actividad.

Rothschild se declara "enamorado" de Galicia y conoce Vigo desde hace nueve años. En el último mes y medio ha mantenido reuniones semanales con la empresa que desmontó a mano la estructura de O Castro y su arquitecto, que documentó todo el proceso de derribo y enumeró una por una las 4.000 piezas de piedra que ahora tendrán una segunda oportunidad en la localidad de Bath, declarada Patrimonio de la Humanidad en 1987 y con gran tirón turístico gracias a su actividad termal.

Rothschild cree que la construcción de El Castillo "encaja a la perfección con el estilo arquitectónico de la ciudad". "En Reino Unido estaremos contentos de tener este edificio y creo que sabrán valorarlo", defiende mientras atiende a FARO.