La historia se complica. Su despacho apareció destrozado el domingo 3 de noviembre con pintadas fascistas. Seis días después, la Policía Local lo detuvo en Peinador por un supuesto robo con fuerza en dos vehículos. Ahora, el abogado vigués Gustavo García también se enfrenta a un supuesto delito de usurpación de identidad. El letrado fue arrestado el jueves por la tarde por el Cuerpo Nacional de Policía, después de que una trabajadora del Hospital Xeral lo identificara como la persona que el sábado 2 de noviembre se hizo pasar por médico en los servicios de Tocología y Ginecología y que llegó a manosear el pecho de una parturienta.

Tras pasar la noche en los calabozos de la Comisaría, García fue trasladado ayer a los juzgados a las 12.45 horas al invocar el habeas corpus, un recurso jurídico empleado cuando se considera que un arresto pudiera ser arbitrario y que obliga a presentar al detenido inmediatamente ante el juez. La magistrada de guardia desestimó su petición y García abandonó el edificio dos horas después, en el mismo vehículo de policial en el que había llegado. La también titular de la Sala de Instrucción 4 decretó su internamiento en un centro médico, en dónde ingresó ayer por la tarde. Asimismo, ordenó el secreto de sumario, por el que los cuerpos de seguridad que investigan la causa tampoco facilitaron información.

Fue precisamente la difusión de los destrozos en su despacho, así como la de su posterior detención como autor de un presunto robo con fuerza en dos vehículos, lo que facilitó que lo identificaran como el hombre que se hizo pasar por médico en Maternidad del Xeral. Una de las auxiliares de la segunda planta del hospital vigués lo reconoció en las imágenes de la prensa y se lo comunicó a la Policía.

El letrado vigués responde a la descripción de hombre alto, de alrededor de 45 años, bien vestido y con cicatrices de viruela en la cara, que las víctimas y testigos de la suplantación de identidad en el Xeral ofrecieron a las autoridades. Este varón se presentó como el doctor Montero y actuó como el médico de guardia al que le tocaba la ronda de revisión de primera hora de la mañana en Ginecología y Tocología. Accedió a, al menos, tres habitaciones de maternidad y palpó el pecho de una de las parturientas con la excusa de comprobar si sufría mastitis -inflamación de la mama-.

"Preocupación"

En el colectivo de letrados de la ciudad hay "una sensación de sorpresa y preocupación por los acontecimientos", expone su decano, Alfonso Álvarez Gándara. Según diversos profesionales, Gustavo García era uno de los abogados laboralistas más reputados de la ciudad hasta hace algo más de un año. Los compañeros se muestran apenados por su actual situación.