Se presentó como el "doctor Montero" y actuó como el médico de guardia al que le tocaba la ronda de revisión de primera hora de la mañana en los servicios de Tocología y Ginecología. Pero no lo era. Un hombre se hizo pasar por facultativo el sábado en el Hospital Xeral y accedió como tal a, al menos, tres habitaciones de maternidad. La Policía Nacional ha abierto una investigación para tratar de localizar al impostor, que llegó a manosear el pecho de una parturienta.

Los hechos acontecieron en la planta 2 del Xeral, el sábado, poco después de las 9 de la mañana. Al ser la hora en la que los médicos suelen hacer la primera ronda con las pacientes, estaban abiertas las puertas que restringen el acceso a la zona de tocología y ginecología fuera del horario de visitas. Además, el hombre vestía una bata verde, igual a las que los facultativos emplean en los quirófanos.

El personal sospecha que el hombre, de entre 45 y 50 años, se paseó por ambos servicios antes de acceder a varias habitaciones. Escogió aquellas en las que solo estaba ingresada una paciente, hizo salir a los acompañantes y procedió a realizar preguntas aparentemente pertinentes a las parturientas.

La madre que ocupaba la habitación 220 y que había dado a luz a su segunda hija el jueves fue una de las mujeres que recibió la visita del "doctor Montero". Le estaba dando el pecho a su bebé y le acompañaba su marido -que había dormido en la habitación- pero el suplantador le hizo salir. "No sospeché porque seguía las mismas pautas que un médico", recuerda. Utilizaba palabras técnicas como mastitis -inflamación de la mama- y procedió a tocarle el pecho con la excusa de comprobar que no la sufría. "No nos pareció raro. El susto vino después, cuando nos dijeron que no era médico", relata.

Tras pasar por la 220, se dirigió a la 218. Fue ahí donde el personal descubrió el engaño. Una enfermera entró en la habitación con un biberón para el bebé cuando el "doctor Montero" estaba con la madre. El farsante salió apurado. La parturienta, profesional de la casa, preguntó a la enfermera si lo conocía y esta salió detrás de él. Lo persiguió durante un rato. Lo suficiente para escuchar como resoplaba, pero no logró darle alcance. El personal de la planta 'lo describe como un hombre alto y "bien vestido".

Alertaron inmediatamente al personal de seguridad, pero no dieron con el impostor. Saben que accedió, al menos, a una habitación de más de Tocología en otro pasillo y que deambuló también por los de Ginecología. El Sergas dio parte a la Policía Nacional. Varios agentes uniformados se personaron por la noche en el Hospital Xeral y tomaron testimonio tanto a las mujeres a las que atendió el falso doctor, como al jefe de guardia del servicio.

Los profesionales sostienen que no son infrecuentes las incursiones con malas intenciones de personas ajenas al hospital. Su objetivo, sin embargo, suele ser el robo tanto a los pacientes como a los profesionales, incluso en sus taquillas.