El PP de Vigo ha decidido imprimir un giro de casi 180 grados a su estrategia. Después de dos años de oposición frontal al alcalde Caballero, con ruedas de prensa diarias en las que los concejales populares le han dedicado duras críticas, la formación que lidera José Manuel Figueroa ha estrenado el curso político con otro talante.

"Lo más importante de todo es la ciudad, los vigueses y las viguesas. A veces las trifulcas en los partidos, y más en momentos de crisis, debemos aparcarlas". Figueroa sintetizó así ese nuevo espíritu. El primer síntoma del cambio de estrategia se produjo con el volantazo dado en la cuestión aeroportuaria. Después de vetar de forma sistemática que el Concello subvencionase vuelos para fortalecer Peinador, los populares apoyaron inyectar 360.000 euros a la compañía Volotea.

Es verdad que la decisión del Concello de A Coruña, en manos del popular Carlos Negreira, de destinar cuatro millones a aerolíneas, arrebatándole algunas a Vigo, debió pesar mucho. Lo mismo que la determinación del Concello de Santiago, también en manos del PP, de pagar a Ryanair para que no deje Lavacolla. Y también el consejo de Fomento a los concellos de negociar directamente con las compañías. El rechazo de Figueroa, contra viento y marea, a dedicar dinero público a Peinador le dejó en una cierta soledad, incluso entre su propio granero de votos. Así, los empresarios también se desmarcaron de la posición del PP vigués. Como la política de confrontación apenas le habría dado réditos, cambio de guión con nuevas palabras fetiche: "diálogo, consenso, acuerdo".

Por eso Figueroa fue ayer más allá y ofreció a Caballero "mano tendida" para aprobar los presupuestos de 2014. "Estamos dispuestos a que pueda contar con nuestros 13 votos siempre y cuando pueda escuchar nuestras propuestas, que serán muy concretas", proclamó para añadir: "Yo, desde luego, me siento con ganas de poder sentarme, hablar con el alcalde, para que se aprueben".

Esta frase, según fuentes del PP local, explicaría la nueva estrategia. "Es un mensaje a la dirección gallega del partido. Tengo ganas y voy a pelear por ser candidato en 2015", interpretan. Con ese propósito, Figueroa no ha dudado en introducir un sustancial matiz en su discurso de oposición: a partir de ahora menos palo y más zanahoria.