Hace solo nueve años fundó el que hoy es el estudio de arquitectura más grande del país. Además de la entrega, categoría y calidad de su equipo, considera que la clave ha estado en la especialización. Comenzó con las infraestructuras de transportes y ahora aplica ese conocimiento en centros sanitarios, acuñando el término de "hospitales aeroportuarios". Su filosofía es "ponerse en los zapatos del paciente". El de Vigo es el tercero de sus "hospitales del siglo XXI" y "el más relevante" por su tamaño.

-Últimamente se escucha mucho que Vigo por fin tendrá "un hospital del siglo XXI". Este concepto es uno de los sellos de su estudio. ¿Qué significa?

-Responde a una filosofía también denominada de hospitales aeroportuarios. Reflexiona sobre cómo tienen que ser estas grandes infraestructuras que sirven a la sociedad ya que, en el pasado, han estado muy estigmatizadas. Intentamos humanizarlas, hacerlas más legibles, transparentes y ordenadas trabajando en lo que llamamos una arquitectura curativa. Nos ponemos en los zapatos del paciente y todo el diseño lo enfocamos a su comodidad, curación y confort.

-¿Cómo se consigue "curar" con arquitectura?

-Es una suma de valores y atributos para hacer que la estancia y el paso de un paciente por el hospital le permita sanar más rápido. Usamos elementos tan básicos como la fácil orientación; el uso correcto de la luz natural y el color; cuando se puede, la ventilación natural cruzada; el tratamiento de la acústica; incluso jugamos con las texturas de los acabados. Cuando alguien ingresa en un hospital sabe cuando entra, pero no cuando sale. Llega casi desnudo, sin posesiones, y estos edificios tienen una escala diferente a la que las personas están acostumbradas a usar. Estos elementos ayudan a reducir el edificio.

-Su estudio defiende el compromiso social, económico y medioambiental. ¿Cómo se aplica al proyecto?

-Desde el punto de vista social, es un proyecto concebido para el paciente y pensando mucho en el acompañante. Desde un punto de vista económico, es un responsable, no está sobredimensionado; todo lo contrario, está muy optimizado. Las circulaciones son claras y directas; está todo muy ordenado y no quedan espacios residuales. Además, no dispara con pólvora del rey. Es decir, muy buenas calidades, pero sin realiza dispendios. En el aspecto medioambiental, incorpora medidas activas y pasivas punteras: el tratamiento de fachadas; el estudio de sombreamiento para proteger del sol en verano y al revés en invierno; las cubiertas vegetales, que casi no llevan mantenimiento al ser de especies del lugar; la recogida y reutilización de agua de lluvia, la central energética?

-La Academia Internacional de Diseño y Salud le otorgó el "Premio al Mejor Hospital del Futuro 2012". ¿Qué relevancia tiene este galardón?

-Tiene mucho prestigio mundial. Gran parte de lo que se medía era su sostenibilidad. Nos llevamos una muy agradable sorpresa. La ceremonia, en Kuala Lumpur, era como los Oscars, Competimos contra proyectos que realmente están en la vanguardia del diseño hospitalario.

-¿Por qué cree que ganaron?

-Por la mezcla de todo. Responde muy bien a las necesidades actuales de este tipo de instalaciones y de Vigo.

-"Necesidades actuales". ¿También las futuras?

-El edificio está diseñado para poder crecer. Es flexible por dentro, para poder adaptarse a los cambios tecnológicos, y modular, para poder seguir creciendo por los dos lados, alargando su columna vertebral.

-Entonces, ¿es el hospital más vanguardista del mundo?

-Se puede decir, sin ningún tipo de reserva, que es de los más punteros.

-Es el tercero que construyen con el modelo de hospital aeroportuario.

-Está en funcionamiento el de la Infanta Leonor, en Madrid. Me llena de orgullo oír al personal y a usuarios todos contentos. La segunda prueba de fuego será el de Ibiza, que está a punto de entregarse. Por tamaño y por población, el de Vigo es ahora mismo el más relevante.

-El de Ibiza, que se construye en el mismo escenario de crisis, ¿se encontró también con dificultades?

-Exactamente igual que Vigo. Han tenido un recorrido muy parecido.

-¿Qué opina del modelo de financiación escogido?

-Los tres fueron en concesión y creo que es un modelo tremendamente efectivo y responde a la realidad de hoy. Está imponiéndose en todo el mundo.

-¿En qué momento está la obra?

-Va a muy buen ritmo. Estoy convencido de que va a terminar bastante antes de que concluya la legislatura.

-¿Se ha tenido que adaptar el proyecto arquitectónico a las condiciones de financiación logradas finalmente?

-A nosotros no nos han pedido nada. Ni que lo hagamos más pequeño ni que lo hagamos más barato ni modificar las calidades? Desde ese punto de vista, el cliente ha sido ejemplar.

-Si medimos la dimensión en camas...

-Son 1.500. El proyecto es flexible para usar las habitaciones como dobles o individuales y no todas las camas están en hospitalización. No existe ningún hospital donde haya 1.500 habitaciones y es muy poco habitual que en sanidad pública las haya individuales. En Italia hay cuatro o cinco por cada una. En Japón, más avanzado, también hay más. Las dimensiones deben responder a las necesidades del momento y el hospital es flexible incluso para tener más de 1.500 si se necesita. No se cambió la dimensión. Son 285.000 metros cuadrados.

-¿Qué pasó con las dificultades técnicas por la falta del proyecto geotécnico?

-Se superó. Casi todos los proyectos tienen algún tipo de susto.

-Un susto de ocho millones.

-No conozco la cifra. Pero es normal que haya ese tipo de problemas.