El 60% de las parejas que se someten a la mediación familiar llegan a un acuerdo. El problema reside por ahora en convencer a los posibles candidatos que remiten los jueces de Familia a que acepten las reglas del juego de este nuevo modelo de resolución de conflictos operativo en Vigo desde el pasado mes de noviembre. En sus primeros ocho meses de funcionamiento, el servicio abierto en el edificio de La Gota de Leche gracias a un convenio de colaboración entre la Fiscalía, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y la Universidad de Vigo solo ha logrado que 15 procedimientos acabaran en acuerto y hay otros once ahora mismo en proceso.

Los jueces de Familia de Vigo derivaron a esta unidad 129 casos entre noviembre y julio, la mayor parte divorcios contenciosos o modificación de medidas sobre la pensión alimenticia de los hijos o el régimen de visitas. El principal problema que se encuentran los profesionales es que en un total de 51 ocasiones no se presentó a la entrevista ninguna de las dos partes, mientras que en otros 33 casos acudió uno de los cónyuges pero no el otro y tampoco se pudo iniciar el diálogo.

Los datos facilitados por la Consellería de Presidencia muestran además que nueve parejas que sí acudieron al servicio no aceptaron la mediación -en un caso por estar abierto un procedimiento de violencia y ser inviable-, y quedan por último las 36 familias que sí aceptaron someterse al arbitraje asesorados por una jurista y una psicóloga cuya misión es aconsejarlos de forma imparcial.

"Aunque no es fácil llegar a acuerdo, lo que más valoran las personas de la mediación es que les permite conocer el punto de vista de la otra parte y se sienten escuchados", destaca la jurista del servicio, Blanca Otero, que trabaja junto a Nuria González Lois y bajo la coordinación de las catedráticas Francisca Fariña y Esther González.

El personal reconoce que los resultados avanzan lentamente, pero aseguran que "se prevé un incremento de las derivaciones y de los acuerdos en cuanto se consolide la mediación como una vía efectiva para resolver conflictos y se conozca más su contenido". Otero reconoce que "hay todavía bastante desconocimiento de las condiciones del servicio de mediación" y advierte que algunos casos en los que se rechaza se debe a que son conflictos muy enquistados.

Es un proceso voluntario y confidencial y la información allí abordada no puede ser utilizada en los juicios, explica la jurista. A principios de este año la Xunta llegó a barajar la posibilidad de incrementar su horario, pero por ahora dan atendido la demanda con sesiones presenciales dos días por semana.

Cuando se produce una derivación desde los juzgados de la calle Lalín,, se concierta una sesión informativa con las dos partes y sus abogados para explicarles el proceso y cada caso suele ocupar entre tres y seis sesiones de media. "Se organizan en conjunto o de forma individual. Intentamos adaptarnos a la situación de cada pareja y sus necesidades", explican las mediadoras, cuyo objetivo es lograr "un acuerdo duradero" y contribuir de forma indirecta a descongestionar los juzgados.