Trabajadores de Povisa se encerraron ayer por la mañana en el edificio administrativo de la Xunta en Vigo para pedir al Gobierno gallego que se "implique" en el conflicto sobre el convenio colectivo, si bien fueron desalojados menos de tres horas después por las fuerzas de seguridad. Estos recriminaron el "desproporcionado despliegue policial", que incluyó identificaciones.

La plantilla rechaza la aplicación del convenio provincial del sector tras el fracaso de las negociaciones entre comité de empresa y dirección sobre el convenio propio. Así, un grupo de trabajadores acudió a la Xunta para solicitar una entrevista con la delegada, María José Bravo Bosch, a fin de pedirle "implicación frente a los abusos patronales", teniendo en cuenta que Sergas tiene un concierto con este centro privado. Sin embargo, "al no ver atendidas sus demandas", iniciaron el encierro que concluyó en 3 horas.