Santiago Agrelo (Rianxo, 1942), es Arzobispo en la ciudad marroquí de Tánger desde hace seis años. Esta es la primera vez que viene a Vigo a celebrar, durante esta semana se ha encargado de predicar en la novena de la tarde, en la Colegiata. Este religioso, estudió Humanidades en el seminario de Herbón, hizo el noviciado en el convento de San Francisco de Santiago y se ordenó sacerdote en 1966.

-¿Con qué sensación se queda tras predicar en las novenas del Cristo?

-Ver la Concatedral llena de fieles todas las tardes por la novena del Cristo, obviamente impresiona. Claro que uno echa en falta a los jóvenes. Ves la iglesia repleta pero los jóvenes están fuera, y a mí me gustaría salir y hablar con ellos. Tengo la impresión de que hay una barrera de conocimientos entre nosotros, de un desconocimiento por ambas partes.

-¿Por qué existe esa distancia entre juventud y religión?

-La sociedad vive un proceso profundo de transformación, de cambio y, es posible que desde la Iglesia no hayamos captado a tiempo la importancia de este proceso y hayamos esperado que se detuviese, algo que no habría sido bueno para nadie. Estamos en un buen momento de toma de conciencia de muchas de estas cosas y desde la iglesia se está viviendo desde muchos sectores un proceso de acercamiento a la sociedad, una comprensión cordial de lo que sucede para predicar desde ahí el evangelio.

-¿Qué diferencias encuentra a la hora de vivir la fe entre Vigo y Tánger?

-Son dos mundos completamente distintos. Mi diócesis son más de 20.000 km2 cuadrados y tiene unos 2.500 católicos. Eso ya es una diferencia abismal. Me gusta decir que somos un puñadito de arena en una playa muy grande. Al mismo tiempo creo que allí ese puñadito da color a la playa y, tal vez, aquí seamos mucha arena en la playa y no representemos nada significativo en ello; o que por lo menos se nota poco.

-¿Cree entonces que se nota poco la presencia de la iglesia en Vigo?

-Aquí la iglesia seguramente tiene muchísimos más proyectos y actividades de los que podamos hacer en el norte de África, en mi diócesis. En este mundo se diluye mucho más la iglesia, a nosotros nos resulta más fácil hacernos notar. De cara al futuro las comunidades más cercanas tendrá que tener una fuerte implicación en la sociedad.

-Ese contacto con la sociedad lo realiza a gran escala a través de su blog...

-Tengo Facebook, tengo Twitter, escribo para que me lo publiquen en el blog y también mando los textos por e-mail. Yo nací en una casa sin luz eléctrica así que imagínate en qué lío me encuentro. Internet es un medio maravilloso para predicar, no podemos renunciar a él, pero hay que trabajar mucho lo que se escribe para tantos.