El Real Club Náutico de Vigo cerró ayer la peor crisis de su centenaria historia tras cerrar definitivamente la memoria económica con la que evita la entrada en concurso de acreedores. El futuro de la entidad social y deportiva es complicado y deberá cumplir con la estricta hoja de ruta que se ha fijado para pagar una deuda de 4,5 millones de euros, pero el peligro de desaparición parece alejarse tras los acuerdos firmados con todos los acreedores. NCG, principal fiador con 2,5 millones de euros pendientes de pago, dio por fin su visto bueno a la refinanciación y puso el último peldaño necesario para que el resto de negociaciones fuesen viables.

La junta directiva se había acogido el pasado 26 de marzo al preconcurso de acreedores con el objetivo de fijar "un punto de inflexión" en el diálogo que ya mantenía con las empresas e instituciones a las que adeudaba dinero. Este viernes, 26 de julio, finalizaba el plazo estipulado legalmente para entrar definitivamente en concurso y el Náutico logró eludir esa posibilidad sobre la bocina. "NCG nos mandó su propuesta aceptando las condiciones pactadas y está todo listo. Ahora ya tenemos la memoria y la documentación necesaria", afirmó ayer Viviana García, presidenta del club.

Los directivos habían convocado para este viernes una comparecencia pública junto a representantes del banco, del Puerto y de la principal empresa acreedores, Amilibia, para explicar los pormenores, pero la noche del jueves fue aplazada en señal de luto por la tragedia ferroviaria de Santiago. De la misma forma, las competiciones deportivas que tenía prevista la entidad para el fin de semana, como el Campeonato Gallego de Tenis, quedaron suspendidas hasta una próxima fecha.

Las negociaciones con NCG se habían cerrado el pasado miércoles. El acuerdo estaba muy avanzado, pero esta semana fue cuando se acercaron las posturas hasta renegociar la deuda de 2,5 millones de euros. El banco siempre se mostró a favor de alcanzar un pacto y aceptó "la mejor solución para todas las partes". La nueva directiva ya había acordado con anterioridad con el Puerto de Vigo para rebajar el canon de las dársenas, al igual que con la Seguridad Social. Tan solo restaba el acuerdo con NCG, con quien se negoció un plan de pagos diseñado para saldar el grueso de sus 4,5 millones de deuda en cinco años (el 50% a través de 60 mensualidades y la restante mitad en un pago único cumplido ese margen). La previsión del colectivo de As Avenidas es reservar 450.000 euros cada ejercicio a amortizar facturas y lograr equilibrar sus cuentas en 2014. Todos los acreedores aceptaron el pago de la deuda a partir de esa fecha y el resto a la conclusión.

Las previsiones de los responsables del club son que en el año 2015 ya no haya resultados negativos. De forma inmediata, se fijan la meta de aumentar su masa social (actualmente son unos 4.000 los abonados) y llenar los pantalanes de la dársena de A Laxe, cuya millonaria inversión fue una de las principales causas de la quiebra. También están pendientes de negociar con Zona Franca aparcamientos para los dueños de barcos.