Dos mil años después la temible guardia pretoriana romana volvía a Vigo. Y al igual que en el año 3 A.C. su objetivo eran las primitivas tribus galaicas asentadas en las laderas del monte de O Castro. Este es el marco histórico que encuadra el espectáculo que ayer representaron en el auditorio de Castrelos las compañías Troula Animación y Bruxo Queiman. Una representación con mucho sentimiento e infinidad de estímulos, tanto sonoros como visuales, y en la que no faltaron las alusiones al fuego, al aire y al agua, los clásicos elementos ligados a la cultura celta. A la espectacular cita acudieron miles de personas.

El espectáculo comenzó a las diez de la noche con un pasacalles de las legiones romanas, formadas por artistas procedentes del Arde Lucus, que desfilaron a golpe de tambor hasta el parque de Castrelos. Poco después fue el turno del pasacalles formado por las tribus galaicas. Cuando ambos desfiles llegaron al escenario dio comienzo la representación. En la primera escena se pudo ver cómo un romano y una castrexa simbolizaban el primer contacto -y la primera confrontación- entre ambas culturas mediante una preciosa lucha de acrobacias.

La obra alcanzó entonces uno de sus momentos álgidos cuando, al acabar esta lucha, se produjo la entrada del Bruxo Queiman en el escenario, sobrevolando las cabezas del público en una cuadriga alada tirada por cuatro pegasos, para ejercer de narrador y partícipe de la historia. Él fue el encargado de realizar el conjuro purificador de la queimada, el responsable de terminar con las fuerzas del mal y rescatar al ogro encarcelado por los galaicos, que terminó convirtiéndose en una bella castrexa, en la representación de las fuerzas del bien.

Este fue otro de los grandes momentos del espectáculo, ya que las danzas aéreas sobre tela de la castrexa y el romano dejaron al público con la boca abierta con su gran repertorio de acrobacias imposibles. Una bella manera de representar la unificación y la hermandad temporal de ambos pueblos.

A continuación, el Bruxo queiman entró en escena para realizar una exaltación de los valores de nuestra cultura, la cultura de Vigo y de Galicia.

Justo después dio comienzo la escenificación de la batalla de las Islas Cíes, en la que finalmente las tribus galaicas salieron derrotadas por las legiones romanas y terminaron ascendiendo a los cielos entre luces y fuego.

La representación finalizó con un espectáculo pirotécnico que puso el broche de oro a un espectáculo muy novedoso y muy impactante. Una obra basada en la creación de cuadros escénicos en los que el fuego y las acrobacias centran la atención de los espectadores hasta conseguir involucrarlos en la historia. La historia del origen de Vigo.