Tras una noche de fiesta, se subió al tren en Vigo y se quedó dormido en el asiento, con los pies sobre una mesa. Antes de que el convoy arrancase, el revisor lo despertó y descubrió que no tenía billete. Pero lejos de acceder a abonar el viaje, el joven supuestamente acabó agrediendo a un guarda jurado de la estación de ferrocarril. Por estos hechos, el chico, A.F.G., fue a juicio en el Juzgado Penal 2: la fiscal pide que sea condenado a 9 meses de cárcel y a pagar al vigilante 3.280 euros por las lesiones.

El acusado negó la agresión: "El vigilante me empujó fuera del tren, me caí por las escaleras hasta el andén y él se cayó detrás de mí; pero no le levanté la mano". La víctima rechazó esta versión y dijo que el joven le dio patadas y llegó a morderle. Esto fue ratificado por el maquinista del tren, que intervino para separarlos ya que corrían riesgo de caer a la vía. Los policías también dijeron que el joven estaba "alterado y agresivo". El tren salió con retraso debido a este altercado.