La línea del Miño entre Vigo y Oporto pone un pie en el siglo XXI. El tren directo pactado en la Cumbre Ibérica arrancó ayer de Guixar para cubrir -por vez primera- en dos horas y 15 minutos los cerca de 160 kilómetros que distan a Oporto. La marca rebaja en casi una hora el tiempo que consumía el trayecto hasta la fecha. El nuevo servicio rebautizado como "Celta" ofrece otras tres ventajas cruciales: un viaje libre de las 15 paradas que se venían prestando, una tarifa de 14, 75 euros por trayecto -abierta a descuentos a niños y mayores de 60 años- y el billete único entre los andenes de Guixar y Campanha. Tras el viaje inaugural organizado ayer el servicio se abrirá hoy al público. El tren seguirá cubriendo cuatro frecuencias diarias.

En los últimos meses el Ministerio de Fomento y su homólogo luso trabajaron a contrarreloj para amoldar sus sistemas ferroviarios. Gracias a ese esfuerzo se puede cubrir el itinerario sin cambio de operador en Valença o la necesidad de un ticket a cada lado de la raia: en España, de Renfe; y en Portugal, de Comboios (CP). El "Celta" llega acompañado de un nuevo tren regional -el "Celta Corto"- entre Vigo y Valença que enlazará, con dos frecuencias diarias -salidas de Guixar a las 9.55 y 18.33 horas- y un precio de 3,9 euros, las villas de Redondela, O Porriño, Guillarei, Tui y Valença. Se cubre así el servicio de cercanías que prestaba ahora el convoy Vigo-Oporto. Aunque el "Celta" solo realiza paradas técnicas en Portugal -de pocos segundos y sin dejar ni tomar pasaje, en parte debido a los tramos de vía única- el Gobierno lisboeta reconoció ayer que no descarta fijarlas. Horas antes el Eixo Atlántico mostraba su confianza en que CP y Renfe fijen un apeadero en Viana do Castelo "en breve" plazo.

El recorrido inaugural del "Celta" disfrutó ayer de un pasaje de excepción. Desde Guixar partieron a primera hora la ministra Ana Pastor y el titular luso de Economía y Empleo, Álvaro Santos Pereira. Ya en Campanha la responsable de Fomento valoró el nuevo convoy como "el primer paso" para disponer de "una conexión directa y rápida". "El servicio que se prestaba parecía del siglo XVIII o XIX"-apuntó Pastor- "Hay que promocionar un medio de transporte que nos comunique en un tiempo competitivo". La ministra destacó también la tarifa "asequible" y que "la primera piedra de la comunicación directa entre España y Portugal", se haya colocado "en tiempos de crisis". "A veces no se trata de poner cantidades inmensas de dinero, sino de aplicar el sentido común", zanjó.

El objetivo, como concretaba poco después Santos Pereira, es enlazar ambas metrópolis en 90 minutos en 2016 gracias a la electrificación de la vía. El reto no está exento de obstáculos. "Cuando empezamos a abordar el asunto nos dimos cuenta de que había variadísimos problemas e incompatibilidades entre los dos sistemas ferroviarios", lanzó Santos Pereira.

En junio Portugal aprobó reprogramar 110 millones de euros para modernizar la línea. El reto: electrificar el tramo Nine-Viana en la primera mitad de 2016 y el restante -Viana-frontera- en el segundo semestre. España reserva en los Presupuestos 3 millones para mejorar los 5 km de vías entre Guillarei y Tui. "Creo que durante mucho tiempo la línea ferroviaria entre los dos países no recibió la importancia que merece", lamentó el alto cargo luso antes de manifestar la "fuerte voluntad política" del Ejecutivo de Lisboa con el proyecto. Tres meses antes, en marzo, Portugal advertía que solo destinaría 5 de los 47 millones comprometidos para el corredor.

Los dos Gobiernos ibéricos coinciden también en la necesidad de fomentar el transporte de mercancías por tren. "Tenemos una cuota de entorno al 4% de las toneladas kilómetro que se exportan en España por este medio; queremos llegar a la media europea y lo vamos a hacer posible potenciando nuestros puertos, aeropuertos y el ferrocarril", subrayó Pastor. Maquinistas de ambos países reciben formación específica. Los dos países disponen ya de un grupo de trabajo específico.

Lo dijo la ministra de Fomento con toda claridad: "A veces no se trata de poner cantidades inmensas de dinero, sino de aplicar el sentido común". Por primera vez en décadas los usuarios del convoy Vigo-Oporto dispondrán hoy de un tren que merece tal nombre -una alternativa "real" a la carretera- con un servicio propio del siglo XXI. ¿Qué ha sido necesario para tamaña gesta? Muy poco, unos gestores con voluntad de aportar soluciones. Repensar un itinerario con 15 paradas en 160 km o trabar sinergias entre Renfe y CP para corregir el incordio del "doble billete" no son desafíos "caros" ; se trata de emplear el sentidiño y ponerse en la piel del pasajero.