La novedad más destacada este año de la temporada de cruceros en el puerto de Vigo viene de la mano del Royal Princess, la nueva joya de la corona del operador Princess Cruises que zarpó ayer de Southampton y tras un día de navegación atracará mañana en la terminal viguesa.

El Royal Princess, cuyo coste se cifra en 775 millones, es el barco más grande de su armadora con un arqueo de 141.000 toneladas, y 329 metros de eslora por 44 de manga. Será, por tanto, el tercer barco más grande que arribe a Vigo tras el Independence of the Seas y el Queen Mary 2, y ocuparía el noveno puesto en el ranking de los mayores buques de pasajeros del mundo que encabeza en la actualidad el Oasis of the Seas. Este coloso amarrará sus 361 metros de eslora en la Estación Marítima a finales de 2014.

La visita a la ciudad de este nuevo gigante se producirá a primera hora de mañana, y se enmarca dentro de su viaje inaugural al Mediterráneo entre Southampton y Barcelona. Una travesía de una semana de duración que llevará a sus 3.600 pasajeros por los puertos de Lisboa, Gibraltar y Málaga. Además de convertirse en el nuevo buque insignia de su naviera, que aglutina una flota de 16 barcos, el Royal Princess viene con interesantes novedades como no podía ser menos en un barco de sus características.

Sofisticado y relajante para el pasajero adulto y excitante por la gran oferta de ocio para los más jóvenes, a bordo de la nave se puede disfrutar de un catálogo interminable de experiencias únicas en un barco de pasajeros, dentro de un auténtico derroche de imaginación y buen gusto. Por poner varios ejemplos, el voluminoso y deliciosamente decorado atrio jalonado por dos escaleras de caracol de mármol blanco, dará la bienvenida al pasajero nada más entrar en la nave. La capacidad de sorpresa del visitante será puesta a prueba nuevamente al acceder al SeaWalk, un voladizo semicircular acristalado de 40 metros de largo, suspendido a 45 metros sobre el nivel del mar y a 9 de distancia del borde del barco, que pondrán a prueba la sensación de vértigo de los paseantes.

Piscina con cabañas privadas

Por otra parte, la piscina solo para adultos con cabañas privadas que proporcionan una gran intimidad, será otro de los lugares más buscados por el crucerista. Y ya que hablamos de piscinas, la zona donde se ubica la principal, además de la gran pantalla donde poder ver cine bajo las estrellas, está jalonada por varias bañeras de hidromasaje y juegos de luz y chorros de agua que se alzan a más de 10 metros de altura sincronizados con la música que suene en cada momento.

En el interior de la nave, un variado catálogo de restaurantes, buffets, pizzería, asador, heladería, hamburguesería y bares y pubs especializados en toda clase de bebidas no dejan indiferente a nadie, y muy pocos podrán echar de menos su bebida favorita por escogida que sea. Prueba de ello es que el Royal Princess cuenta con la Torre del Té, donde se ofrece una carta de 350 infusiones, de las que 250 son de té, procedentes de todo el mundo y que son servidas bajo la supervisión de un sumiller. Para los que buscan emociones más fuertes, en el SeaView, un bar suspendido sobre el mar, los cócteles son su razón de ser. Teatro, casino, biblioteca, galerías comerciales con tiendas de primeras marcas, sala de exposiciones y subastas, gimnasio, balneario-spa y salas de juegos para niños y mayores, completan esta ciudad flotante a la que el próximo año se unirá una nave gemela, el Regal Princess.

Acorde con su categoría y haciendo honor a su nombre, el Royal Princess contó el pasado jueves con una madrina de excepción: la duquesa de Cambridge, Kate Middleton. Fue uno de los últimos actos oficiales en solitario de la esposa de Guillermo de Inglaterra antes del nacimiento de su primer hijo. Y con su look prenatal se convirtió en la estrella indiscutible de una ceremonia celebrada en el puerto de Southampton que contó con la presencia de la banda real de la infantería de marina y de los gaiteros de la guardia irlandesa.