La de Sergio Saborido Cid es una vida de entrega al mundo de la educación y más concretamente al Colegio Labor, su gran obra. Porque el Colegio Labor es ya una institución en la ciudad. Por sus aulas pasaron varias generaciones de alumnos de la más variada procedencia y perfil social.

Sergio Saborido se instaló en Vigo procedente de su Allariz natal para impartir clases en el Colegio Apóstol Santiago, de los Jesuitas. En una historia del centro muy detallada, publicada con motivo del 75 aniversario, se señala que en febrero de 1932, el gobierno de la Segunda República decidió expulsar de España a la Compañía de Jesús e incautarse del colegio y como faltaban varios meses para acabar el curso y de acuerdo con los padres de los alumnos, a través de interlocutores indirectos se consiguió en pocos días un permiso municipal para instalar el aula en unas casas de la calle del Areal, quedando al frente de la nueva escuela y ejerciendo de director Sergio Saborido, que era uno de los cinco profesores seglares que tenía el colegio. El "invento" se llamó Academia Labor.

La Compañía permaneció en el barrio de Teis durante ese curso y al año siguiente se instaló en el Norte de Portugal. Cinco años después, y en plena guerra civil, regresarían a Galicia estableciéndose en el balneario de Mondariz.

Proyecto propio

Sergio Saborido decidió entonces emprender su propio proyecto educativo para lo que primero alquiló y después adquirió una propiedad con pazo situada en la calle Romil.

Esta finca, conocida por As Torres había sido una de las grandes posesiones del siglo XIX. Había pertenecido a la familia Pascual del Río y su nombre original era O Penedo, como aún figura en la actualidad en la puerta de entrada de Romil. Se dice que sus torres acogieron durante un tiempo a una princesa borbónica y, posteriormente a José Antonio Primo de Rivera.

El colegio, en sus inicios ocupaba una superficie de unos 15.000 metros cuadrados y entre los profesores que en los comienzos acompañaron a Saborido estaban los que habían sido profesores seglares en la Compañía de Jesús: Jesús Ferro Couselo, Manuel Cabada, Aquilino Iglesias Alvariño y Antonio Ochaíta.

Doña Pepita

María Josefa Comesaña Montenegro, doña Pepita, hija del director de Correos de Vigo y esposa de Sergio Saborido fue, además de impulsora y pieza fundamental en la creación del colegio, una persona muy querida por todos.

El colegio contaba con externado, media pensión y un internado que fue creciendo con los años, llegando a tener más cien internos. Y todo lo concerniente a suministros, alimentación, supervisión de cocinas y su personal recaía en doña Pepita. El servicio se mantuvo hasta finales de los setenta.

De esta manera, el Labor, que dió continuidad formativa a los alumnos de los Jesuitas, alcanzó una reconocida excelencia educativa por la que apostaron muchas familias y en 1939, el Ministerio de Educación clasificó al Colegio como centro de Bachillerato legalmente reconocido. A partir de ese momento, podía examinar a su alumnado en el propio centro, sin necesidad de traslados a los Institutos de Vigo o Pontevedra.

Ese reconocimiento oficial tuvo también un significado especial para Vigo, que no contaba más que con un Instituto y otro centro privado de Bachillerato.

En 1961 se produjeron dos acontecimientos de especial relevancia en la historia del colegio: la apertura de la avenida de Las Camelias, que suponía la partición del colegio en dos mitades y la consiguiente pérdida de instalaciones de recreo y deportivas y el fallecimiento de Sergio Saborido, que supuso el primer relevo en la dirección del centro. Sergio Saborido Comesaña, el mayor de los cuatro hijos, asumió las responsabilidades de dirección en plena juventud.

En el año 1986 y con la aplicación de la LODE y el establecimiento educativo para dieciséis unidades, se produce una novedad muy importante como fue la incorporación de alumnas. El nuevo carácter mixto de las aulas supuso un cambio muy positivo en la dinamización de la actividad escolar.

La Confederación de Empresarios de Pontevedra le otorgó al Colegio el Premio Empresa 1997 en reconocimiento a su labor educativa durante sus primeros 65 años de existencia.

En 1998 asumió la dirección José Luis Saborido Comesaña, segundo hijo del fundador y es en la actualidad Javier Saborido Ferro, nieto de los iniciadores, el actual director y con quien se ha producido un relevo generacional.

Nació en Allariz, Ourense en 1890 y estudió en Salamanca la carrera de Ciencias Químicas, obteniendo la licenciatura en sólo tres años. Inició su actividad docente en Allariz y frecuentó los círculos culturales de Ourense.

Se instaló en Vigo para ejercer como profesor en el Colegio Apóstol Santiago, de los Jesuitas y en 1932 fundó el Colegio Labor en la Finca Las Torres que en aquellos años estaba a las afueras de la ciudad.

En los últimos años de su vida dejó de impartir clase, aunque siguió dirigiendo el colegio hasta su fallecimiento. En 1961.

En reconocimiento a su vocación educativa recibió en 1960 la Medalla de Alfonso X el Sabio y el Título de Colegiado Distinguido.

Atendiendo una petición de los antiguos alumnos, el Concello le dedicó una calle cerca de su casa y el colegio.