La difícil situación económica de sus cuentas obligaba al Náutico a declararse a finales de marzo en preconcurso de acreedores. De inmediato su junta directiva -con Viviana García a la cabeza- inició una ronda de contactos que, casi dos meses después, desemboca en la "cita crucial" que el club mantendrá este martes con las dos entidades que aglutinan casi el 70% de su deuda: NCG, con 2,5 millones, y la Autoridad Portuaria, con 500.000 euros. La emblemática institución no oculta el carácter "definitivo" de la cita; tampoco quién, según la directiva, tiene la llave para esquivar el concurso: la institución presidida por Ignacio López-Chaves.

Julio Rodríguez -vicepresidente del club deportivo y social- lo reconoce sin ambages. "El Náutico pone en manos del Puerto el futuro del club". ¿Por qué? La respuesta debe buscarse en las dársenas deportivas de A Laxe y As Avenidas, la bola de plomo que arrastra la viabilidad del colectivo al fondo de la ría. En 2011, con la anterior directiva, la construcción de A Laxe cargó sobre las espaldas del colectivo una hipoteca de 1,7 millones. La deuda es abultada y aún hoy está sin saldar con NCG; sin embargo el gran problema del puerto deportivo reside en la enorme extensión de su lámina de agua y el canon que la grava: 300.000 euros que, a diferencia del crédito con el banco, crecen cada 31 de diciembre a una velocidad de vértigo.

No es el único vínculo entre el Puerto y la complicada viabilidad de las dársenas deportivas. En octubre de 2011 expiraba la concesión gracias a la que el club disfrutaba del aparcamiento ubicado en Montero Ríos, frente a la delegación de la Xunta. No había alternativa entonces. Y sigue sin haberla hoy. El Náutico carece de espacio para los coches de sus usuarios y ese hándicap, que confían en que el Puerto revierta, daña de muerte todas sus estrategias para la comercialización de los amarres. "Resulta crucial", zanja Julio Rodríguez, quien ve también como puntos inflexibles para el porvenir del club mantener viva la escuela de vela ligera y la disponibilidad de un buen varadero.

Una concesión disputada

Cuando se le pregunta a la directiva por las posibilidades del puerto deportivo, el tono se vuelve duro. Pedro Luaces de la Herrán, tesorero del colectivo, confiesa que "el proyecto sobre el que nació resulta absolutamente inviable". Esa circunstancia contrasta con la competencia que, en 2010, se generó tanto por los 10 años en concesión de la dársena de A Laxe, como por las tres décadas de As Avenidas. A ambos concursos optaron el Náutico y la empresa Ronáutica.

La Autoridad Portuaria a través de su comité de expertos decidió apostar en ambos casos por el proyecto del club a pesar de ser el más costoso y apostar por plazas de mayor eslora -las menos demandadas- en plena crisis. La propuesta de Ronáutica para As Avenidas costaba 4 millones con 173 amarres; la del Náutico, cerca de 7 para 331 plazas. En A Laxe Ronáutica proyectaba 1,3 millones de euros para 88 plazas y el Náutico un millón para 74. La actual directiva reconoce que hoy tendería a un modelo semejante al de Ronáutica.