Fue una de las fundadoras de la Sociedad Europea de Mujeres Dermatólogas (EuWDS), en 1999, y su secretaria, más tarde. Ahora acaba de asumir la presidencia, con el respaldo del medio millar de socias repartidas por toda Europa. El dominio que esta facultativa del Meixoeiro tiene de cuatro idiomas, ayudó en su elección, pero fueron su pasión y dedicación por la dermatología las que la han llevado hasta ahí.

-¿Cuáles son los objetivos de su mandato?

-Incrementar el número de asociadas, dar a conocer la sociedad y fomentar más el trabajo con las ONGs para incrementar la calidad de vida de los pacientes. Yemen es uno de los países que nos necesita más, pero ya actuamos, por ejemplo en Irak, enseñando a las mujeres labores de higiene, prevención de cáncer, uso de filtros solares, protección frente a enfermedades de transmisión sexual? Además, se va a participar todo lo posible en reuniones europeas e internacionales. A corto plazo está Cracovia, Baviera, Estambul y Francia. También estoy intentando introducir en nuestras sesiones a la mujer de Latinoamérica.

-¿Por qué la necesidad de crear una sociedad dermatológica específica de mujeres?

-Fue la idea de un grupo en el que estábamos una alemana, una belga, una italiana y yo, en 1999. Creemos que la mujer no está muy representada a nivel de los órganos directivos de las sociedades europeas de dermatología. Nos pareció lógico unirnos nosotras primero, ver lo que queríamos, conectar con las europeas y que nuestras inquietudes se debatieran ahí. Hay países en los que la mujer está muy poco representada como en el Magreb, donde incluso es difícil que paguen las cuotas porque ni siquiera pueden tener cuentas abiertas a su nombre.

-¿Se avanzó?

-Sí, y no solo en Europa. Por ejemplo, una joven de India que conocí cuando empezábamos, en el último congreso americano me dio una tarjeta en la que casi no le cabían los siete cargos que tiene ahora y ¡es una treintañera! Aquí, en la sociedad estatal de dermatología hay casi más mujeres que hombres y no recuerdo ninguna presidenta mujer. De todos modos, tampoco se trata de retos de poder, sino que tratamos de ayudarnos entre nosotras y a ONGs y trabajamos en patologías dermatológicas de la mujer.

-¿Cuándo se empezó a pensar en esta rama específica de la mujer?

-Estuve revisándolos congresos anteriores a la fundación de nuestra sociedad y nunca vi nada, solo algo sobre la vulva en países con más incidencia de enfermedades sexuales.

-¿En qué patologías se centran ahora?

-Tenemos un grupo de piel durante el embarazo que está teniendo mucha fuerza y está avanzando mucho.

-¿Cómo compagina este cargo con su trabajo en el área sanitaria de Vigo?

-Supongo que me ayuda que no tengo hijos. Como España no tiene muy buena fama, mis colegas europeas bromean con que trabajo mucho, que no me parezco a los españoles.