El último avión procedente de Barcelona llegó el pasado jueves a Vigo con cuatro horas de retraso a causa de una avería que acabó desesperando a un centenar de pasajeros.

Vueling había programado su salida desde El Prat a las 19.55 horas. Los pasajeros pudieron observar desde la pasarela de embarque cómo un grupo de técnicos trabajaba sobre uno de los costados abiertos del aparato, pero como la tripulación actuaba con normalidad no temieron ningún contratiempo. Hasta que las azafatas comenzaron a repartir aguas. Fue entonces cuando el comandante reconoció la existencia de un fallo técnico que intentarían solventar, por lo que ordenó abandonar el avión. Posteriormente la compañía informó a los afectados de que en caso de no lograr reparar el avión viajarían en otro. Y así ocurrió. Pero cuando procedían a entrar en la segunda aeronave, Vueling rectificó otra vez anunciándoles que su avión ya estaba listo para volar. Al final despegó de El Prat a las 23.20 y aterrizó en Vigo sobre la una de madrugada. Y a esta hora todavía esperaban en Peinador otro centenar de viajeros para regresar a Barcelona.