"Estamos todos desbordados". Lo dice una persona que ha dedicado toda su vida a cuidar a enfermos y desamparados en la ciudad, pero que mantiene su habitual discreción. El albergue municipal ha sido la última incorporación a la red de asistencia que tradicionalmente ha estado ocupado por órdenes religiosas. La Misión del Silencio donó el edificio de la calle Marqués de Valterra para abrir el ansiado albergue público, pero ellos siguen trabajando con su propio comedor. Otro de los puntos calientes es el Comedor de la Esperanza que dirigen las Hijas de la Caridad en el convento de San Francisco y también los Hermanos de los Enfermos Pobres continúan su labor en Teis con cientos de personas necesitadas. También ayudan los Capuchinos o las Hermanitas de los Ancianos Desamparados de Santa Marta.

En total, existen 37 asociaciones, colectivos y organizaciones dedicados a la asistencia social y a la salud. Renacer, Ayuda a la Vida o Asociación Abriendo Caminos Desde Galicia son también grupos que se dedican a prestar ayuda a los más necesitados.

"Nos llegan sobrepasados"

"La gente está muy afectada, desesperada y sobrepasada por la situación, llegan en un estado muy malo, tanto física como psicológicamente", apunta Silvia Montes, de Abriendo Caminos. Esta ONG de cooperación nacional lleva tan solo año y medio en la ciudad, pero ya asiste a unas 70 familias y ha puesto en marcha programas de acompañamiento y asesoría a la gente que lo solicita. Recibieron ayudas de la Diputación y también a través de empresas privadas, como la cadena de establecimientos Mercamás, con lo que pueden ofrecer un punto de calor y café en plena calle. Es solo otro de los ejemplos de las necesidades que se viven en una ciudad asolada por el desempleo.