El Concello realizará un examen pormenorizado del Pazo da Raposeira, en Sárdoma, y un estudio de necesidades para decidir el uso que le da en el futuro. "Recuperaremos la propiedad, la veremos a fondo y decidiremos la dedicación que le damos", manifestó el alcalde, que destacó la "buena ubicación" del caserón y celebró que pase a ser plenamente municipal.

La Concejalía de Patrimonio Histórico inició el viernes los trámites para tomar posesión del pazo una vez que ha fallecido su anterior propietaria, que disponía de un derecho real de usufructo. La finca es enteramente de titularidad municipal desde 1986 pero hasta ahora el Concello no podía recibirla. Una vez que concluya el expediente para obtener el edificio y la parcela se realizará una inspección interior. El Concello desconoce el estado en el que se encuentra el pazo y estudiará sus posibilidades en función de la superficie, distribución y necesidades. "De momento es una buena noticia que el pazo pase a ser patrimonio municipal", indicó Caballero. Por ahora el Ayuntamiento hará obras de mejora de la seguridad en el muro exterior, degradado y cubierto de vegetación en algunos tramos.

El pazo, construido en granito, data del siglo XVII y está catalogado en el Plan Xeral con protección integral. Su planta es de 384 metros y se divide en dos pisos, además de contar con amplios jardines, capilla y hórreo. Tras la construcción del hipermercado de la avenida de Madrid quedó encajonado entre el recinto comercial y una zona de naves industriales.

En Vigo hay otros dos pazos públicos, el de Castrelos, propiedad del Concello, y el de Rivera Atienza, de la Xunta. Como es notorio el primero alberga el museo municipal. Fue donado por el marqués de Alcedo en 1924 y aloja las dependencias culturales desde 1937, entonces para exhibir el legado de Policarpo Sanz. El Pazo de Rivera Atienza fue rehabilitado y acoge un centro social.