La ciudad de la paz, la alemana Osnabrück, es el destino donde diecisiete estudiantes de primero de Bachillerato del instituto politécnico de Vigo pasarán los próximos ocho días conociendo la cultura y el idioma del país de la mano de estudiantes germanos. Esta es ya la segunda parte de un intercambio que comenzó el pasado 13 de abril, cuando otros tantos alumnos de la tercera ciudad de la Baja Sajonia llegaron con el mismo objetivo a las ciudad olívica. La experiencia ha puesto de manifiesto la diferencia de carácteres entre ambas nacionalidades, algo que no supuso un impedimento para que los adolescentes congeniaran a la perfección.

"Son muy diferentes", expone Marina Latre, de 17 años, que alojó a Janine y Paul. Cuenta que "la hospitalidad" fue una de las cosas que más les sorprendió. "Nos dijeron que no estaban acostumbrados a que les ofrecieran tantas cosas o a que les dieran besos", recuerda. "Dicen que somos más liberales en nuestras relaciones con los profesores en clase que ellos y también que hablamos muy alto", relata Aldana Colman, a la que los estudiantes alemanes le resultaron "un poco fríos y desconfiados, al principio". Su compañero Brais Gómez, que acogió en su casa a la alumna germana Merle, confirma que "ese concepto que tenemos de que son más serios que nosotros es verdad".

A pesar de los contrastes, surgieron fuertes lazos de amistad. Tanto es así que, Brais y Aldana decidieron viajar a Alemania en la segunda parte del proyecto, algo que no estaba entre sus planes. Todos coinciden en señalar las playas de Samil y O Vao como lo que más les gustó a los sajones de Vigo. No se fueron sin un chapuzón.

Este puente entre las regiones de Vigo y Osnabrück, comenzó a construirse hace dos años gracias a la cofinanciación de la Comisión Europea, mediante una Asociación Comenius Regio. Entre los socios figuran la Concejalía de Educación viguesa y la universidad de la urbe alemana. El objetivo principal era la creación de una plataforma, accesible para otros centros, con documentación útil para organizar escuelas de intercambio centradas en mejorar las competencias lingüísticas, tecnológicas e interculturales de los participantes.

Uno de los motivos de que los jóvenes congeniaran fue precisamente los procedimientos de emparejamiento ideados. Así, mientras Merle y Brais comparten su pasión por el balonmano, a Marina, Janine y Paul les une la música.

El idioma

Aunque el inglés es el idioma vehicular de su relación, no renuncian a aprender los idiomas locales, por lo que crearon una guía de conversación inglés/alemán/español/gallego con frases útiles para estas situaciones.

Aunque destaca que el objetivo es "que vean cómo se organiza una sociedad diferente a la nuestra", la jefa de estudios y responsable de programas europeos en el instituto Politécnico, Teresa Prado, cuenta que uno de sus intereses en este intercambio era que los alumnos se iniciaran en el alemán. En especial, los de enseñanzas técnicas, por la importancia que puede tener para su futuro profesional. "Aunque con el inglés te mueves, si quieres trabajar allí te piden que te comprometas a aprender alemán", explica. La sorpresa llegó cuando los estudiantes que mostraron mayor interés por el intercambio fueron los del bachillerato artístico.

Brais, Marina y Aldana opinan que es muy probable que su futuro profesional esté fuera de España. Alemania solo es una de las posibilidades. Conocer la ciudad de Osnabrück, sus gentes y su cultura es lo que más les atrae de la experiencia que están viviendo en estos momentos.