"Le juro por mis doce hijos que no lo toqué; ¿cómo me iba a enfrentar a ese hombre yo sola?". Entre lágrimas, una viguesa de 81 años negó ayer ante el juez que agrediese con un palo o un escobón de juguete y rompiese un dedo de una mano a un cobrador de morosos que timbró en su piso en busca de su hijo para reclamarle una deuda de 16.000 euros. El juicio que obligó a sentar en el banquillo a esta anciana se celebró en el Juzgado de lo Penal 3 de Vigo: la fiscal pide que la mujer sea condenada a una pena de un año y medio de cárcel como presunta autora de un delito de lesiones y solicita también que indemnice al hombre con 3.000 euros.

Ocurrió el 6 de junio del pasado año. El cobrador fue al domicilio de la octogenaria, M.A.P., en Coia, en busca del hijo de ésta para reclamarle 16.000 euros. Timbró en el piso y abrió la acusada. "Le dije que mi hijo no estaba y que no sabía donde vivía; y cuando fui a cerrar la puerta, puso el pie para que no lo hiciera", contó la mujer.

Ante esa situación, la octogenaria relató que decidió coger "un escobón de juguete" con el que juega "a la Ratita Presumida" con su nieta y, de nuevo en el rellano del piso, lo usó para cortarle el paso al hombre y evitar que se fuese antes de que llegase la Policía Local, a la que había llamado. "Me estaba molestando, me acusaba de ocultar a mi hijo, pero no lo golpeé", señaló, argumentando que no tiene fuerza en los brazos para causar daños a un hombre de las características del acusado porque sufre artritis reumatoide y tiene prótesis en las manos: "No puedo ni apretar los paños de cocina".

Frente a la versión de la mujer, el cobrador de morosos aseguró que sí lo agredió en la mano con "un palo de madera", causándole la rotura del dedo meñique de la mano derecha, por lo que tuvo que estar de baja. "Me dijo que no me moviese, que iba a llamar a la policía, y cuando bajaba para esperar en la calle me golpeó", afirmó. Cuando llegaron los agentes, el hombre tenía la mano "inflamada". En contra de la versión dada ayer por la mujer está el hecho de que aquel día admitió a los policías que golpeó al hombre con un palo por miedo. "Me dio la sensación que por su edad pudo haberse visto intimidada y sobrepasada", valoró un agente. La vista oral continúa la próxima semana con el testimonio de la forense.