"Pepe era una persona comprometida, con una gran conciencia social y que luchó toda su vida por aquello en lo que creía: la democracia y un sindicalismo libre". Nadie mejor que su hermano gemelo, sus amigos íntimos, compañeros de equipo en el Club Nieto e integrantes del núcleo duro que arrancó CC OO en la comarca de Vigo en los setenta, para desgranar la trayectoria vital de José Cameselle y sus avatares durante cinco décadas de lucha por los derechos de los trabajadores que le acarrearon dos dolorosas detenciones, un mes de cárcel en 1971 acusado de subversión y la orden de hacer la mili en Ceuta cuando ya estaba casado y tenía una hija.

José y Antonio Cameselle nacieron en 1950 en Lavadores y además de un gran parecido físico, compartieron ideales y una trayectoria profesional similar. "Entramos juntos en la escuela de formación de Barreras cuatro meses después de cumplir los 14 años y coincidimos algún tiempo con nuestros abuelos, que también trabajaban allí", recuerda Antonio rodeado por fotografías de su juventud. Desde el minuto uno se integraron en el grupo de trabajadores del naval que empezó a demandar mejoras laborales y fortalecieron su amistad con sus colegas de Vulcano y, más tarde, de lucha clandestina: Jaime Pereira, Emilio Fernández y los hermanos Eduardo y Manel Fernández.

En las gradas de los astilleros nació el germen de lo que luego sería Comisiones Obreras. Todos ellos compartieron las fatigas de la clandestinidad y los primeros años de reivindicaciones con Franco todavía vivo. "Fue un luchador muy activo cuando en España aún no había libertades y asumió riesgos importantes", recuerda su círculo íntimo. Estos antecedentes provocaron que José y Antonio fueran enviados a hacer la mili a Ceuta y que el Servicio de Información Militar decidiese separarlos y mantenerlos bajo vigilancia.

Fueron despedidos del astillero en 1971 y no los readmitieron hasta que se logró en 1976 la amnistía sindical y la readmisión de los trabajadores expulsados. De vuelta a su puesto, Pepe, como se refiere a él su familia y amigos, intensificó su compromiso con las libertades y formó parte fundamental del proceso constituyente de CC OO. "Desde que asumió responsabilidades orgánicas apostó por la negociación, por reivindicar y llegar a acuerdos que beneficiaran a los trabajadores", recuerda Eduardo Fernández, que lo define en tres palabras: "Olfato, rebeldía y compromiso".

Es esta última la palabra más utilizada por sus amigos para recordar a un hombre de "fortaleza impresionante". "No por su físico, sino por su altura de pensamiento y una integridad moral que impresionaba incluso en las etapas más duras de represión", resalta Manel Fernández, su predecesor en la dirección comarcal de Comisiones, mientras Jaime Pereira, hace hincapié en el respaldo masivo de los afiliados hasta el último momento. "Tenía la confianza inquebrantable del sindicato, estaba previsto que continuara otros cuatro años y si lo dejó fue solo por la enfermedad", resume orgulloso mientras insiste en el perfil de Cameselle como "trabajador incansable y hombre dispuesto siempre al diálogo".

"Crecimos comprometidos. No hay un hecho concreto que nos defina. Somos de Lavadores, familia de izquierdas, represaliada y cuando entramos a trabajar en Barreras la lucha era algo innato en nosotros", relata Antonio Cameselle, arropado en este encuentro con FARO también por Emilio Fernández, compañero de sindicato que reivindica la trayectoria de Pepe: "Era un gran amigo y será siempre un referente de la lucha por la libertad y la democracia".

Esa amistad entretejida en el Club Nieto, donde José Cameselle jugaba como portero, maduró durante el franquismo, se mantuvo cuando en 1984 José Cameselle asumió la representación de la por entonces Secretaría Provincial del Metal y sobrevivió a los duros años de la reconversión del naval y a su posterior salto como responsable de la Unión Comarcal de CC OO en Vigo, cargo que ejerció ocho años.

Todos compartían unas mismas creencias. ¿Qué hacía diferente a Pepe? Todos enmudecen y las únicas palabras que se les ocurren son "un mayor compromiso" . Su hermano entiende que con el fallecimiento de José Cameselle se cierra una parte importante de la historia de Vigo y de la lucha sindical. "Era mi mitad. Un gran hombre de familia y un gran luchador", resume entre recuerdos de una juventud irrepetible en Lavadores.